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Una exempleada de la "embajada" catalana en Dinamarca acusa a la hermana de Guardiola de cobarde

Francesca Guardiola abandonó la delegación nada más entrar en vigor el 155.

Duras acusaciones contra la delegada de la Generalidad en Dinamarca hasta octubre de 2017, Francesca Guardiola, y anteriormente directora general de "relaciones exteriores" de la administración autonómica, que no habría estado a la altura de las circunstancias republicanas tras la entrada en vigor del artículo 155 de la Constitución. La que fuera jefa de prensa de la delegación catalana en Copenhague, Diana Coromines, carga contra su exjefa en un artículo del digital nacionalista Vilaweb que contiene severas apreciaciones sobre el desempeño de la "embajadora" y su valor personal.

La autora del texto alerta de que la Generalidad quiere restituir a la hermana del entrenador Guardiola y sostiene que no está preparada para el cargo por su comportamiento tras la entrada en vigor del 155. "La única persona que en Copenhague abandonó el barco (seguida de los becarios, unos chicos muy válidos pero muy jovencitos que huyeron cuando vieron que la capitana perdía los papeles) fue la delegada; la misma que ahora quieren restituir al frente de la nueva delegación en Estocolmo", escribe Coromines.

La autora considera que es "de interés público" que se sepa lo que hizo Guardiola en aquellos momentos para ilustrar el hecho de que a su juicio, el despliegue de delegaciones en el extranjero de la Generalidad sólo tiene como objetivo "hacer de comparsas de las embajadas del país que nos encierra gente en la cárcel". La restitución de Guardiola supone, según Coromines, la confirmación, dada su precipitada huida de Copenhague tras acatar el 155.

De comerse el mundo a huir

Apunta la periodista: "El día después, sábado 28 de octubre, nos reunimos todo el equipo en la delegación, en la suntuosa y céntrica plaza de Sankt Annæ, que habíamos inaugurado con arduos esfuerzos hacía dos meses. Yo había pedido a un jurista de la comunidad catalana que viniera con un powerpoint para explicar a la delegada que la Guardia Civil no podía cerrar la delegación y que nuestro deber, de acuerdo con la nueva legalidad catalana, era defender las instituciones. La ventaja que teníamos, en un país extranjero, es que nadie podía cerrar nada ni detener a nadie. Ella nos escuchaba con la mirada perdida y llorosa y de tanto en tato decía: 'Yo ya se lo dije al conseller Romeva, en según qué escenarios no me encontraréis'. Después de batallar durante toda la mañana con una delegada que se nos deshacía entre los dedos (una señora que hasta hacía poco entrada cada mañana en la delegación como si se fuera a comer el mundo, llenándola de elegancia), constatamos que a partir de ese momento no podríamos contar con ella para nada".

"¡Pero es que la delegación está extinguida!"

La exsubordinada de Guardiola sostiene además que la delegada puso "palos en las ruedas" para evitar que la "embajada" siguiera funcionando: "Si se hubiera limitado a abandonar, no hubiera pasado nada; de hecho es lo que le propusimos el martes 31, cuando nos convocó a primera hora en el café de al lado de la delegación para pedirnos que no entráramos más. Que nos quedásemos en casa, que no chistásemos, que no moviéramos ni un dedo. '¡Os lo ruego por el tiempo que hemos trabajado juntos!', dijo con un gesto muy expresivo. 'Francesca', le dijimos nosotros, 'acepta el cese y déjanos trabajar que hay mucho trabajo'. '¡Pero es que la delegación está extinguida!', replicaba ella cada vez más desesperada".

"La venció el miedo"

Según Coromines, a Guardiola "la venció el miedo" y añade: "El miedo es legítimo y una retirada a tiempo, aunque sea poco honorable y escenifique un fracaso (el error a la hora de seleccionar correctamente a los dirigentes más idóneos) siempre tiene un punto de dignidad. Pero dejar que el miedo se te coma hasta el extremo de coaccionar y hacer chantaje emocional a la gente que te rodea, menospreciando de manera soez el hecho de que son personas libres y poniendo tus intereses y bienestar emocional por encima del destino de todo un pueblo, cuesta de justificar y cuesta de mirar". "Cuando llegó la hora de la verdad (...) en lugar de comportarse como una embajadora acabó haciendo de mozo de los encargos", añade Coromines, que también recuerda que los empleados de la delegación en Copenhague fueron despedidos semanas después por Aleix Villatoro, que en la actualidad es director general de Relaciones Institucionales del gobierno de Torra.

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