
Es el inicio del relato, estrategia o farol, pero el relato electoral ya está construido y se empieza a escenificar en el Palacio de la Moncloa donde se retoma la campaña electoral que comenzó hace cinco meses, cuando Pedro Sánchez anunció la convocatoria de elecciones. Como punto de partida, el Gobierno crea la expectativa sobre el mes de julio manteniendo aparentemente la esperanza en la luz verde el 23 de julio y prometiendo que el presidente "será generoso", hará "un esfuerzo inimaginable" en la negociación y "todo lo posible para evitar elecciones".
Pero la realidad está en los detalles, los matices y los argumentos electorales que destila el Gobierno y con los que salpica sus últimas intervenciones públicas. Primero, el presidente del Gobierno y candidato a las elecciones, Pedro Sánchez, dando este jueves portazo al líder de Podemos el día en que lo cita para retomar la negociación; y segundo, su portavoz, Isabel Celaá, rebajando las ya de por sí mermadas expectativas de la formación morada.
Si ayer Sánchez rebajaba abiertamente un "cogobierno" con Podemos y se abría a aceptar "sus sugerencias" sobre perfiles independientes, hoy la portavoz del Ejecutivo ha dejado claro que quien decidirá a sus "ministros de confianza" será el presidente haciendo uso de su prerrogativa constitucional. "La entrada de independientes de la que habló ayer el presidente... él será quien tenga que determinar la composición de su gobierno", porque "son puestos de confianza" del presidente y "corresponderá a la otra parte saber si la puede recorrer o no. Es el presidente quien va a configurar eso....".
Es decir, un Iglesias propone y Sánchez dispone, que se suma a otro 'hasta aquí hemos llegado' en relación a la oferta programática que Celaá ha calificado que "ya es bastante" y "de gran profundidad política", pese a que no ha habido ningún intercambio de papeles y documentos y tampoco parece que esto se vaya a producir en el encuentro del próximo martes. Pese a ello, la portavoz del Gobierno instó a Podemos a moverse porque hasta ahora "no ha hecho movimiento alguno para poder acercarse", sobre su exigencia de entrar en el Consejo de Ministros.
Una forma de anticipar la proyección de la culpa de la ingobernabilidad sobre Pablo Iglesias que Celaá acompañó del siguiente argumento: "Gobierno y PSOE es el que menos cuestión de culpa puede llegar a tener" de la ingobernabilidad y la desafección que arrojó el barómetro del CIS esta semana porque "la ciudadanía ha respaldado las políticas que ha venido haciendo este Gobierno". Aviso a navegantes acompañado de una posdata: "Hay que leer con respeto" los resultados de las últimas elecciones "y eso significa trabajar con ellos para hacer acuerdos". Un punto en el que volvió a pedir a PP y Ciudadanos "su parte alícuota de responsabilidad" en forma de abstención en la investidura.

