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JxCat utiliza a Torra como ariete en su guerra contra ERC

Doble pulso de los partidos independentistas: entre ellos y contra la justicia.

Doble pulso de los partidos independentistas: entre ellos y contra la justicia.
Quim Torra y Roger Torrent en una imagen de archivo. | EFE

El presidente del parlamento catalán, el republicano Roger Torrent, asegura que está dispuesto a llegar hasta el final en la defensa de los derechos políticos del diputado y presidente de la Generalidad Quim Torra. Así lo ha dicho tras encargar a los servicios jurídicos de la cámara que recurran a todas las instancias posibles para mantener a Torra como diputado.

Sin embargo, en Junts per Catalunya, el partido de Puigdemont y Torra, consideran que Torrent va de farol, que no aguantará el embate de la Junta Electoral de Barcelona, que ha dispuesto la retirada de la condición de diputado de Torra y su sustitución por el exsocialista Ferran Mascarell, que en la actualidad es delegado de la Generalidad en Madrid, un premio de consolación por no haber resultado elegido en las elecciones autonómicas de diciembre de 2017.

Los posconvergentes creen que como ocurrió con las frustrada investidura de Carles Puigdemont, Torrent dará un paso atrás antes que incurrir en el delito de desobediencia, una línea roja que el presidente de la cámara se ha cuidado mucho de no cruzar en una legislatura marcada por los desafíos al sistema judicial.

El gol del cojo

Para el partido de Puigdemont, Torra es un activo amortizado pero al que aún se le puede sacar algo de jugo. Está en la recta final de su mandato, inhabilitado como diputado y a un paso de estarlo como presidente regional. No obstante, en JxCat creen que es como esos delanteros lesionados que permanecen en el campo al final del partido porque su equipo ya ha hecho todos los cambios, esa figura renqueante que a veces mete lo que se denomina "gol del cojo".

En este caso, el tanto sería arrastrar a Torrent a la desobediencia y que tuviera que hacer frente a un proceso judicial. No eliminarían al candidato de ERC a la presidencia de la Generalidad en las próximas autonómicas, que será Pere Aragonès, pero vengarían el asunto de la fracasada investidura de Puigdemont, que aún colea a pesar de que el prófugo ha dejado de ser diputado en el Parlament para convertirse en eurodiputado.

Seguirá como presidente

La mesa de la cámara catalana aprobará el próximo martes elevar un recurso al Tribunal Supremo con el que los separatistas consideran que quedará en suspenso la ejecución de la inhabilitación por parte de la Junta Electoral. También creen que Torra podrá ejercer como diputado en el próximo pleno, previsto para 22 de enero. En el caso de que no fuera así, la situación de Torra variaría poco, puesto que tanto la Junta Electoral como el Supremo han dejado en manos del Parlament la decisión de si puede continuar como presidente o no, dado el vacío del Estatut, que indica que el presidente tiene que ser elegido de entre los diputados pero no dice nada al respecto del cese sobrevenido como diputado.

Anticipo electoral congelado

Ese resquicio es el que de momento paraliza la posibilidad de unas elecciones anticipadas que serán inevitables cuando el Supremo debata y decida sobre el recurso de la defensa de Torra contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que le inhabilita por una año y medio por desobedecer la orden de la Junta Electoral de retirar del balcón de la Generalidad durante la campaña de las pasadas generales una pancarta en favor de los golpistas presos.

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