Mucho se ha hablado de los supercontagiadores, personas infectadas con una altísima carga viral y un importante papel en la transmisión del virus. En este caso, el catalizador ha sido un bloque de viviendas de 16 plantas, en el que viven 62 familias. Está situado en el número cuatro de la Plaza de Haro, en el bilbaíno barrio de Santutxu. Y ya se han contagiado 33 personas, media decena de ellas aún ingresadas. El brote ha sido de tal envergadura que aún continúa la investigación sobre las posibles causas. Hoy se ha confirmado el sexto fallecido.
Un macrocontagio, sin fiestas ni orgías
La historia comienza el pasado 21 de enero, con el primer fallecimiento: el de una anciana de 85 años que vivía en la novena planta. En un principio, su muerte no llamó demasiado la atención. Pero la de su hijo de 50 años, tan sólo dos días más tarde, sí levantó la liebre.
Hasta entonces, los vecinos del edificio hacían vida normal (sacaban a sus mascotas, iban al trabajo o a la compra). Pero entonces decidieron poner el caso en conocimiento del administrador de la finca.
Las posibles causas
De momento se manejan varias hipótesis. La principal es que en el edificio viviera una persona supercontagiadora, que —entre otras cosas— hubiera usado con frecuencia el ascensor, infectando las zonas comunes.
La segunda sería que el edificio adoleciera de un problema estructural por el que tuviera mala ventilación, facilitando así el rápido contagio entre las personas que usaran el ascensor o las escaleras. De hecho, hay quien apunta directamente a los dos ascensores (cada uno con capacidad para cinco personas) como el foco.
Sea cual sea la causa, consideran que también habrían resultado afectadas personas que no residen en el inmueble, ya que se sospecha que otro de los hijos de la primera víctima mortal se habría contagiado en una de sus visitas.
Confirman el sexto fallecido
La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha confirmado hoy el sexto fallecido por este brote. Las dos últimas víctimas, dos hermanos de 76 y 73 años de edad.
En declaraciones a Radio Vitoria, ha lamentado que "no siempre se pueda llegar a tiempo" y ha apuntado que no cree que la cepa británica sea la causante de la propagación del virus en esta comunidad de vecinos. Asimismo, ha querido defender "la rapidez" con la que ha actuado el Servicio Vasco de Salud, que hizo un cribado para detectar los positivos y ha estado pendiente del caso desde el principio.
Unas declaraciones que contrastan con las que han realizado algunos vecinos en distintos medios de comunicación. Éstos aseguran que ni el Ayuntamiento ni el Gobierno vasco se han interesado por lo que estaba ocurriendo en su comunidad, que ha tenido que pagar de su bolsillo la desinfección de las zonas comunes del edificio para intentar cortar el brote.