
María Sevilla, presidenta de Infancia Libre, que tuvo secuestrado a su hijo durante once meses y que tras ser condenada a dos años y cuatro meses de cárcel podría ser indultada parcialmente por el Gobierno a propuesta de la Fiscalía.
El hijo de la condenada por secuestro asegura que su madre le da miedo, según documentos a los que ha tenido acceso el diario El Mundo. "Me da miedo mi madre". "Es mentira lo que dijo de que mi padre me pegó". "No me gustó que me llamara retrasado". "Con ella vivía como en una cárcel, sin amigos y sin estudiar". "No quiero que siga peleando por mí porque estoy bien con mi padre". "Lo que quiere mi madre es hacer daño a mi padre, pero no se da cuenta de que me hace daño a mí". Son las frases que ha dicho el hijo de María Sevilla sobre su madre, que quiere indultar la Fiscalía de Dolores Delgado, que pretende cometer la misma tropelía que con la otra secuestradora de sus hijos Juana Rivas.
A pesar de que la presidenta de la asociación feminista ha asegurado que no se arrepiente de haber tenido secuestrado a su hijo y de afirmar que lo volvería a hacer, la argumentación para el indulto parcial es que la mujer ha pagado la multa adyacente a la pena de prisión y que ha entrado voluntariamente en la cárcel, es decir, que ha acatado la sentencia.
Pero la realidad es que su hijo, que ahora tiene 15 años, tiene miedo de su madre y asegura que las acusaciones contra su padre son falsas tras rehacer su vida escolar en la localidad malagueña de Estepona. Además, ya ha comenzado a ser consciente de los daños que le ha causado su madre al haberle retenido durante su infancia: "Ella me daba clase, decía que no era profesora pero sí la más lista de la clase", declaró en sede judicial.
La orientadora del niño dijo en septiembre de 2021 que él estaba dolido con su madre por llamarle retrasado: "No me gustó que me llamase retrasado en el vídeo con Coto Matamoros, me dolió mucho".
María Sevilla siempre mantuvo que su hijo, que tenía problemas de alergias en sus primeros años de vida, sufría algún tipo de discapacidad mental. De hecho tuvo reconocida un 37% de discapacidad en sus primeros años, pero se le retiró después esa calificación, y ahora sigue clases con total normalidad.
En la conversación del adolescente con la orientadora y según el acta levantado por la trabajadora y refrendado por la Junta de Andalucía, le cuenta: "Me da miedo mi madre". Y muestra su inquietud porque "me quite a mi hermana de mi lado" y pide que le "gustaría que dejase de luchar por mí, porque estoy bien con mi padre".
A preguntas del juez en una exploración anterior, en noviembre de 2020, llegó a decir: "Mi madre me dijo que me llevaba [durante la sustracción] porque mi padre me había pegado (...). Es mentira lo que dice mi madre, porque mi padre no me ha pegado (...). Antes vivía con mi madre y pensaba que estaba bien, pero ahora, con mi padre, veo que yo no estaba bien. Estaba como en una cárcel, sin amigos y sin estudiar. Lo que me ha dicho mi madre es mentira. Lo que quiere mi madre es hacer daño a mi padre, pero no se da cuenta de que así me hace daño a mí (...). No quería que viese a mi padre ni en fotos. No me decía por qué cambiábamos tanto de casa, ni por qué no veía a mi padre".
Hace pocas semanas, en una visita de la madre a su hijo, éste, según fuentes judiciales, rechaza ver a su madre después de que ésta le registre para encontrar "la grabadora" que presuntamente le habría colocado su padre. El chico, según su entorno, comienza a percibir actitudes manipulatorias.