A Podemos le parece poco el control que ejerce en RTVE. Los trabajadores del ente ya han recibido el aviso. Los comunistas ya no se conforman con los grandes puestos. Ahora quieren el poder sobre cada área de informativos y diseñan una segunda oleada de toma de control de la televisión pública.
Podemos y PSOE se han disputado desde hace tiempo el control de RTVE. Pero el avance de los comunistas ha sido obvio y, en estos momentos, diseñan ya una nueva vuelta de tuerca para ir a por puestos, aparentemente menores, pero que ejercen una influencia obvia en el día a día de la labor informativa. Y Podemos quiere el control pleno de esa labor. "La apariencia es la de que esta nueva batalla también la perderá el PSOE", señala una fuente conocedora de la situación. "Es complicado encontrar una etapa de mayor control y presión en RTVE", añade otra persona de la casa.
Pero los mensajes les han empezado ya a llegar a todos ellos. Ahora el control de Podemos se trasladará en cascada y con el fin de controlar cada rincón informativo. Porque llega la recta final electoral y el partido morado se la juega. Y porque Pedro Sánchez está débil y no aguanta batallas internas en plena presión de Podemos, Bildu y ERC.
La idea es poder lanzar desde los distintos programas y secciones los mensajes y temas deseados. Entre ellos, las noticas negativas del rey emérito, la culpabilización a las eléctricas del precio de la luz, o las informaciones que puedan asentar la imagen de que el PP y Vox forman alianzas de "extrema derecha". Sea como sea, nadie podrá decir que Podemos no avisó. Y es que desde antes incluso de 2018 han defendido sin cesar su deseo de control de los medios de comunicación públicos: RTVE y EFE.
Podemos trasladó desde el inicio sus exigencias. Y antes de reclamar cualquier cartera social, dejó meridianamente claro ya en 2018 que su obsesión era el control de los medios de comunicación. El PSOE ha sido consciente de este deseo desde el inicio. Y, de hecho, nunca se lo negó a Podemos, sabedor de que se jugaba su apoyo. El PSOE ha pretendido tener una cuota de penetración y control en estos medios porque sabe que la mayor presencia de Podemos en estas instituciones significa regalar a los morados un baluarte contra la derecha. Y contra ellos mismos.
Desde el primer momento, los equipos de Podemos han defendido medidas basadas en la nacionalización de medios privados y en el impulso de medios públicos ampliamente controlados como eje de su mensaje. Por eso exigieron en sus programas electorales una "redefinición" —como le denominan— del papel de la televisión pública. Y ahí incluyen no sólo la nacional: también a las autonómicas o locales, que metieron en el pacto de Gobierno con el PSOE.
Ahora lo reclaman. Porque llega la recta final electoral. Y, para ello, Podemos pretende aplicar en la medida de lo posible, lo que denominó hace años como la creación de "comités públicos" para que el proceso de selección de los proyectos en los que participen las televisiones públicas se rija por criterios de "transparencia, equidad y pluralidad". Esos criterios, claro está, los fijan ellos.