El Gobierno de Pedro Sánchez continúa con su política de trasladar a los terroristas de ETA que se encuentran en prisión cumpliendo condena hasta centros penitenciarios ubicados tanto en el País Vasco como en Navarra. Unos movimientos que están ligados a los acuerdos a los que el PSOE y sus socios de Podemos están llegando con EH Bildu -la coalición que integra en su interior a los herederos del brazo político de ETA- en el Congreso de los Diputados.
Estos traslados se han realizado en dos fases. La primera de ellas se inició al poco de llegar Sánchez a La Moncloa y consistió mover a todos los etarras que estaban en prisiones en la mitad sur del país a centros penitenciarios ubicados en la mitad norte, además de trasladar a algunos de los que estaban en la mitad norte hacia el País Vasco y Navarra. La segunda etapa, en la que se está todavía, consiste en trasladar a todos los presos de ETA hasta cárceles vascas o navarras.
El último movimiento se conoció el jueves, cuando el Ministerio del Interior de Fernando Grande Marlaska informó a las principales asociaciones de víctimas del terrorismo del traslado de 11 etarras hasta prisiones vascas y navarras. Los beneficiados por la decisión suman más de 40 crímenes y, entre ellos, hay terroristas especialmente sangrientos como Juan Antonio Olarra Guridi, Ainhoa Múgica Goñi Olatz o Juan Carlos Iglesias Chouzas Gadafi.
Desde la llegada del PSOE a La Moncloa, y según datos de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), se han realizado 318 traslados, que corresponden a 202 etarras encarcelados diferentes. De ellos, 118 han tenido como destino prisiones del País Vasco y 20 de Navarra. Se han realizado en 17 ocasiones porque se ha otorgado el tercer grado penitenciario, en 7 ocasiones por enfermedad y en 114 ocasiones no había motivo aparente, es decir, por decisión política.
En total, en estos momentos, según datos de Etxerat, la asociación batasuna que se dedica a pedir la amnistía para los criminales de ETA que están en prisión, hay 149 presos de la banda terrorista en las cárceles españolas, de los que algo más del 60 por ciento está cumpliendo su condena en el País Vasco o Navarra, es decir, cerca de sus familiares y amigos, una opción que ya no tendrán las víctimas de sus asesinatos.
Exactamente, hay 41 en la prisión de Zaballa (Álava), 19 en la de Martutene (Guipúzcoa), 15 en la de Basauri (Vizcaya) y 7 en la de Pamplona (Navarra). Uno en el ala psiquiátrica del centro hospitalario Aita Menni de Mondragón (Guipúzcoa) y otro en el centro Besarkada Etxea, en Vitoria, destinado a personas que padecen el VIH en estado avanzado y que no cuentan con familiares que se puedan hacer cargo de ellos.
El resto de terroristas de ETA en prisión se encuentran en prisiones próximas a las regiones de País Vasco y Navarra. Hace casi un año que no queda ninguno en centros penitenciarios más al sur de Castilla y León o Aragón, a excepción de aquellos que son trasladados temporalmente a cárceles de Madrid porque tienen que acudir a juicios pendientes en la Audiencia Nacional.
Hay 3 etarras cumpliendo condena en Asturias, 13 en Cantabria, 5 en Aragón (todos en Zaragoza), 25 en Castilla y León (León 7, Burgos 3, Palencia 9, Salamanca 2 y Soria 4) y 15 en La Rioja, a los que habría que sumar los 4 que están actualmente en distintos centros penitenciarios de la Comunidad de Madrid.