
El Partido Popular apunta al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, como la persona que les ha "engañado" en las negociaciones del Consejo General del Poder Judicial. Durante la última semana, el PP explica que "un pacto que estaba avanzado, pero no cerrado" , se rompió en tres días por "las mentiras" del Gobierno respecto a su intención de reformar el Código Penal para reducir las penas por sedición y beneficiar a sus socios separatistas.
Las declaraciones de Gamarra del martes
El pacto "avanzaba" hasta que el pasado martes, la situación empeoró cuando El País publicó que el Gobierno "se abría a reducir a la mitad la pena por sedición" . Esa misma mañana, la portavoz del Partido Popular, Cuca Gamarra, acudió a una entrevista en Antena 3 y desvinculó la reforma del delito de sedición de la negociación para la renovación del Consejo General del Poder Judicial. "Son dos cuestiones distintas" en las que "el PP tiene un papel diferente", aseguró.
Pero ¿por qué hizo la portavoz de los populares estas declaraciones? Porque el PP, explican fuentes de la formación a LD, consultó antes a Bolaños "de forma discreta pero expresa", y el ministro les dijo que esa reforma no estaba encima de la mesa del Gobierno.
El temor del miércoles
El miércoles fue un día complicado en las filas populares en el que los cargos autonómicos comenzaron a expresar su miedo al acuerdo de forma tímida y privada. Mientras tanto, Feijóo seguía sentado en la mesa negociadora con el Ejecutivo.
Pero el jueves, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, daba una nueva vuelta de tuerca a este asunto asegurando durante el debate de presupuestos que existía el compromiso de Sánchez de llevar al Congreso una reforma de varios delitos del Código Penal, entre ellos el delito de sedición, para adecuarlos a la legislación europea.
Los teléfonos de los populares ardían pero desde el equipo de Feijóo, que se encontraba en Santander, decidieron "mantener la prudencia" y esperar. Tenían en el PP la esperanza de que lo que les dijo Bolaños mantuviera "plena vigencia y que Sánchez no enmendara a su negociador".
Minutos después, en el Congreso, Montero intentó matizar sus palabras: "Si en algún momento se ha interpretado por mis palabras que yo estaba dando un paso más, para nada. En el fragor del debate no siempre uno termina la frase y lo que quería decir es que hay un compromiso firme cuando tengamos las mayorías para impulsarlo, cosa que hoy no ocurre".
La presión del jueves
Pero la llama ya estaba encendida. A pesar de la rectificación de la titular de Hacienda, el nerviosismo se apoderaba de los populares tras escuchar estas palabras. La presión por "las consecuencias" que podía traer pactar con un Sánchez que, a la vez, estaba negociando con los separatistas, preocupaba ya mucho a los cargos autonómicos del PP.
Por eso, barones como Isabel Díaz Ayuso o Juanma Moreno trasladaron a Feijóo y su entorno su "miedo a que Sánchez le engañara" y su disconformidad con el acuerdo. "Era un riesgo muy alto", "Sánchez siempre nos ha engañado", fueron algunas de las frases que repetían estos dirigentes populares que recordaban que el Gobierno "no tenía ninguna intención de llegar a un pacto y por eso, había sus intenciones con la sedición" desde el martes a los medios.
La situación empeoró cuando Sánchez anunció en África que al acuerdo, que ya estaba terminado, solo le faltaba la firma. El PP se apresuró a desmentirlo a través de un comunicado en el que decían que el pacto "no" estaba cerrado.
La conversación con Sánchez
Pero Feijóo decidió esperar hasta el jueves por la tarde, cuando habló por teléfono con el presidente del Gobierno, para dar el paso. El líder del PP tuvo que escuchar como le confirmaba personalmente sus intenciones de reformar el Código Penal. Tras casi una hora de conversación con Sánchez, el líder del PP decidió "suspender" las negociaciones al ver que lo que le decía el jefe del Ejecutivo no coincidía con lo asegurado por Bolaños.
Feijóo constató ahí que el gobierno prefería acabar con las conversaciones que desairar a sus socios separatistas y su equipo comenzó a redactar el comunicado que enviaron pasadas las ocho de la tarde a los medios de comunicación y que terminó con los tres días más complicados para el líder del PP desde que llegó a Génova.




