El blindado 8x8 Dragón es el programa estrella de la modernización del Ejército de Tierra. Lo es no sólo por su cuantía económica del mismo, la mayor de toda la historia para este arma de las Fuerzas Armadas, sino también porque en torno a este vehículo se ha configurado la reorganización de las unidades que conformarán la Fuerza 2035. Es el blindado que debe sustituir a los ya obsoletos BMR y a los incombustibles M-113, así como a los RG-31 y los MLV Lince.
Este martes se ha alcanzado un hito que ha parecido muy lejano durante demasiados años. Se trata de la entrega de los siete demostradores que en un primer momento debían haber servido al Ejército de Tierra para comprobar que el vehículo cumplía con los requisitos exigidos para hacer un gran encargo. ‘Debían’ porque al final, tras años de retraso acumulado, y debido a las necesidades operativos, se encargaron las primeras 348 unidades sin haber recibido estos demostradores.
Exactamente, estos demostradores deberían haber sido entregados al Ejército de Tierra durante el mes de noviembre de 2018, según el contrato inicialmente firmado en diciembre de 2015. Los retrasos y problemas han impedido que la misma haya cristalizado hasta este martes. Entre medias, hasta cinco cambios de fecha y la amenaza del Ministerio de Defensa de multar con hasta 10.000 euros diarios al consorcio encargado.
La entrega ha tenido lugar en las instalaciones que Tess Defence, la empresa creada para el proyecto por Santa Bárbara Sistemas, Indra, SAPA y Escribano, tiene en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira. Un acto en el que ha estado presente la secretario de Estado de Defensa, María Amparo Valcarce; y el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general de Ejército Amador Enseñat, así como otras personalidades políticas y militares.
Los siete demostradores pertenecen a cada una de las cinco versiones que han sido contratadas: VCI (Vehículo de Combate de Infantería), VEC (Vehículo de Exploración de Caballería), VCZ (Vehículo de Combate de Zapadores), VCPC (Vehículo de Combate de Mando de Batallón/Grupo) y VCOAV (Vehículo de Combate de Observador Avanzado). Algunas de estas versiones tendrán, en el contrato de las primeras 348 unidades -el objetivo es alcanzar el millar-, varias variantes.
El 8x8 Dragón tiene unas dimensiones de 8,3m de largo, 2,9m de ancho y 2,34m de altura, con casi 35 toneladas de peso, lo que lo convierte en un vehículo de enormes dimensiones, lo que genera dudas sobre los problemas que puede plantear para ser trasladado de un lugar a otro, pues es difícil de trasladar en aviones de transporte y sus medidas también son complicadas para según qué tipo de vías no principales.
Pese a esto, sobre el terreno va a ser una bestia capaz de superar zanjas de hasta 2,2 metros, vadeos de 1,8 metros, pendientes frontales del 60 por ciento y laterales del 30 por ciento, además de escalones de 75 centímetros. Cada una de estas unidades podrá transportar hasta 9 militares, alcanzar una velocidad ligeramente por encima de los 100 km/h y tiene una autonomía de entre 500 y 750 kilómetros.
Una pesadilla de 15 años
El proyecto del blindado 8x8 Dragón ha llegado a convertirse en una auténtica pesadilla para el Ejército de Tierra. No en vano, han tenido que pasar más de 15 años desde que en el Cuartel General de Tierra y en el Ministerio de Defensa empezaran a plantearse seriamente la adquisición de este vehículo hasta que han recibido durante la jornada de este martes los siete primeros demostradores.
La decisión de la adquisición de un blindado 8x8 se tomó en noviembre de 2007, después de un periodo buscando soluciones tras quedar claro, tras una serie de atentados terroristas que sufrieron las tropas españolas en Líbano, que los vehículos BMR que se estaban empleando ya no aportaban las garantías necesarias. Tras la búsqueda de alternativas en el mercado, la entonces ministra, Carmen Chacón, pidió en noviembre de 2009 dinero al Consejo de Ministros para su compra.
La crisis económica echó al traste el programa, que estuvo varado prácticamente hasta el año 2015, cuando fue reactivado por Pedro Morenés en el departamento, con un contrato con Santa Bárbara Sistemas, Indra y Sapa para entregar los primeros demostradores en 2018. Pero estas empresas fueron incapaces de cumplir con el compromiso de entregar esos demostradores en un plazo de 32 meses, algo que ha sucedido finalmente este martes.
De manera paralela, el Ministerio de Defensa se vio obligado a sacar adelante el contrato para la compra de las 348 primeras unidades sin tener siquiera los demostradores en su poder. En diciembre de 2019 sonaron todas las alarmas después de que el Ministerio de Defensa de Margarita Robles declarara desierto el contrato y rechazara la propuesta de Santa Bárbara Sistemas, aunque solo unos meses después dio luz verde a la oferta del conjunto de empresas que conforman Tess Defence.