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La prensa de un vistazo

Desolación e incredulidad en 'El País': "Feijóo ganó el debate" y "mató a Sánchez"

Feijóo dio ayer la sorpresa al noquear a Sánchez en el cara a cara de Atresmedia.

Feijóo dio ayer la sorpresa al noquear a Sánchez en el cara a cara de Atresmedia.
Pedro Sánchez y Núñez Feijóo en el cara a cara de Atresmedia. | EFE

El Mundo

"Sánchez pierde los nervios y Feijóo pide una mayoría contra los extremos". ¿Cuatro días preparando el debate para esto? Ayer quedó claro que Sánchez está sobrevalorado. Patético. "En un duro y bronco cara a cara, el socialista insistió en que si gana el PP España entrará en un "túnel tenebroso" y el 'popular' planteó a su oponente firmar un documento para garantizar que gobierne quien gane las elecciones". El tono duro y bronco era exclusivo de Sánchez, que no entiende que es él quien nos ha metido en un túnel tenebroso. En cuanto a la oferta de Feijóo, el macarra de Moncloa ni se molestó en mirarlo. Mejor, ya ni siquiera intenta engañar a nadie. "Muy airado, el candidato socialista se presentó nervioso y durante buena parte del debate fue a la zaga de la iniciativa que marcó el aspirante popular, más sosegado y menos a la defensiva". Vamos, a Sánchez le temblaba hasta el mentón.

Jorge Bustos está que se sale. Inspirado. "En la noche del 10 de julio de 2023 tuvo lugar un experimento interesante. Un hombre de mediana edad nacido en una aldea de Orense fue puesto a debatir en un plató de televisión contra un sofisticado prototipo de inteligencia artificial, generado por ordenador conforme a cánones convencionales de belleza masculina, que concurre a las elecciones en representación del progreso". "Los ingenieros que han diseñado a PSP-Castejón olvidaron no ya introducirle el sentido del humor sino colorear convincentemente el blanco de los ojos, destensar la piel sintética que rodea el arco ciliar, engrasar la articulación de las manos en prevención de temblores extemporáneos y reparar a tiempo la línea de código en la que se encasquilla el habla cuando el prototipo es interpelado en pie de igualdad, con árbitros equitativos y sin bancadas de palmeros. Al orensano le bastó con rogar reiteradamente que le dejara hablar para que el simulador biónico comenzara a desestabilizarse. Dos cosas propuso el aspirante: que su interlocutor se tranquilizase y que juntos firmaran un pacto para permitir el gobierno del ganador. Dos propuestas tan elementales, tan propias de eso que los terrícolas llaman sentido común, que el cableado del prototipo empezó a emitir señales de colapso y dos gotas de aceite afloraron a su ceño fruncido". ¿Te divertiste, eh Bustos? Repito, cuatro días encerrado para esto. Ahora entendemos que no fuera capaz de redactar su propia tesis.


Cada uno a su rollo, Arcadi Espada tira de western. Sánchez era "Liberty Valance y Feijóo lo mató". "Valance tenía que morir. Su supervivencia traería una infinidad de problemas. El más obvio, la supervivencia del mal. Y Feijóo lo hizo. Muchos lo veían -yo mismo, que veo mal- como un pusilánime Stoddard". Muchos han infravalorado a Feijóo. Estamos tan acostumbrados a la política macarra de los Sánchez, Iglesias, Rufianes y demás que hemos olvidado que existen políticos educados.


El editorial lo tiene claro. "El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, perdió ayer de forma ostensible el histórico cara a cara que mantuvo con Alberto Núñez Feijóo". Sin ambages. "El dirigente popular logró proyectar la imagen de un político sereno y presidenciable, llevando siempre la iniciativa del debate. El presidente exhibió un comportamiento más propio de un aspirante: errático, nervioso, desbordado, a la defensiva, con una evidente incapacidad para aceptar la crítica y con constantes risas e interrupciones a su interlocutor". Se creía que estaba en un debate de Ferreras.


"Feijóo ofreció en varias ocasiones a Sánchez un pacto, que firmó en directo, para que ambos partidos se faciliten mutuamente la investidura con el fin de que ni PSOE ni PP dependan de sus respectivos extremos. El presidente se negó", y al hacerlo, perdió hasta la baza de Vox. Gobernará con Podemos, Bildu y ERC, dejó claro. Al menos esta vez no ha tratado de engañarnos.


A Lucía Méndez se la ve fastidiadilla. Perdió su querido Pedro. "Fue como una tertulia de mucho nivel, viva, desencadenada, llena de datos, de dardos, de dialéctica dura con momentos hasta diplomáticos". "Se engancharon desde el minuto uno y no se desengancharon hasta el último segundo. En ese sentido, seguramente respondieron a las expectativas de sus hinchadas". Ay, Lucía, tanto sanchismo y tanto Al Rojo Vivo te ha contagiado la manía de mentir y mentir sin parar. El único que se enganchó fue Sánchez, bronco, interrumpiendo constantemente, nervioso, agresivo, y Feijóo, tan ancho. Y lo vimos todos, Lucía, lo vimos todos. ¿Por cierto, Sánchez no había dimitido?


Tan rabiosa está Lucía que atribuye a Feijóo la agresividad de Sánchez. "Feijóo empezó a pegarle manotazos irónicos, descarados, atrevidos e insolentes nada más comenzar el espectáculo. Y lo hizo, para sorpresa de mucha gente, sin descomponer el gesto del político serio y moderado que conocíamos hasta la noche de ayer". Pero Lucía, qué te pasa, Feijóo fue ayer el político serio moderado que conocíamos, pero además nos demostró que era capaz de enfrentarse a un macarra, matón, marrullero como Sánchez y ganarle.


"El presidente empezó abriendo mucho los ojos, frunció el ceño y pudo leerse entre líneas una pregunta que se hizo mucha gente: ¿quién es éste que tengo delante y qué ha hecho con el Feijóo que conocíamos y llegó del noroeste presentándose como la Némesis tranquila y sosegada de Sánchez? ¿Pero no era Sánchez el que tenía que salir al ataque como el político más bregado en el combate y la esgrima dialéctica?". Y así salió, pero Sánchez está acostumbrado a los rufianes, a los pablo iglesias, a los echeniques, a los pandilleros, pero no a señores normales.


"Sánchez se mostró sinceramente sorprendido de la actitud retadora de Feijóo e hizo visibles esfuerzos a lo largo del debate para no entrar en las provocaciones obvias de su contrincante". Lucía, corazón, Sánchez desconoce la palabra sinceridad. "Pero le hervía la sangre y hubo momentos en los que no pudo evitar poner caras. Caras raras. Cuerpo raro. Retórica rara". ¿Retadora? El único reto de Feijóo fue ponerle un papelito delante a Sánchez para que firmara que dejaría gobernar a la lista más votada. No quiso y eso le retrató.


Se queja Lucía de que no hablaran del 11-M y la corrupción del PP. Qué miserable eres, Lucía. "Si la victoria se mide en función de quién llevó la voz cantante y ocupó el escenario con soltura, el resultado no deja lugar a dudas. Feijóo salió a comerse a Sánchez para evitar que Sánchez se lo comiera a él. Como no habrá otro cara a cara, no será posible la revancha". ¿Quieres revancha? ¿Pero qué os da Sánchez? ¿Os paga en dinero o en especies? En fin, qué se puede esperar de una periodista que vio una dimisión en lo que era una convocatoria electoral.


Raúl del Pozo, que no está enamoriscado de Sánchez, vio el debate real, no el que se inventa Lucía Méndez. "El hombre tranquilo se mostró tranquilo y el que miente se dio cuenta de que lo habían cazado. El aspirante sacó de sus casillas al sonoro oponente".

"Feijóo le dio un gran repaso anoche a un Sánchez que perdió los nervios y no dejaba hablar a su oponente". Lo dicho, Sánchez se creía que estaba en un debate de Ferreras y se creyó Angélica Rubio. "Los dos protagonistas se acusaron, con todo respeto, recíprocamente de mentirosos". El problemón que tiene Sánchez es que cuando acusa a alguien de mentir las carcajadas se oyen hasta en Australia.


"El líder del PP atacó como un jabalí que olía la sangre a un Sánchez muy nervioso, al que le brillaba la nariz". "La gente está hasta el pijo del plató con tilde, pero parece evidente la derrota de Sánchez". Bien por Feijóo.


Emilia Landaluce dice que "en algún punto pasó lo que menos quería Sánchez. El presidente empezó a parecer Feijóo. El socialista se descompuso. Mientras, el líder del PP se crecía sin resultar agorero. Sánchez estaba crispado, pasado de frenada. Tenía el mentón duro, la mandíbula rígida", "los ojos inyectados de rabia". La famosa mandíbula de Sánchez es como el tendón de Aquiles o el flequillo de Sansón. Ni Pablo Motos, ni Ana Rosa, ni Alsina, Feijóo se basta solito.


El País


"Sánchez y Feijóo se enzarzan por sus pactos en un debate bronco". Bronco estuvo el presidente, para Feijóo fue un paseíllo, señor Miguel Barroso, un señor en la sombra que parece ser el auténtico director del folletín sanchista. Ayer contaba Jesús Cacho que a Pepa Bueno se la cargan después del 23J y que este señor tiene un despacho al lado de Pepa, que es el que recibe las órdenes directas de Sánchez y el que corrige los editoriales. Tampoco es nuevo, Federico lo ha dicho muchas veces en esRadio, pero no le ponemos cara. Este sí que es un poder oscuro de los que habla Sánchez.

Xosé Hermida, pobre, no me gustaría estar en su piel, llega a decir que "las interrupciones entre los contendientes hacían inaudible la discusión". Ya, ya, interrupciones mutuas. Xosé, cariño, que lo vimos todos. Si Sánchez interrumpió hasta a los moderadores. "Feijóo, en contra de lo que se vaticinaba, salió directamente al ataque desde el primer minuto. Y en su acometida consiguió que Sánchez se pasara buena parte de la noche repeliendo la ofensiva". En fin, dejémosles llorar, tienen motivos de sobra.


Carlos Cué está desolado. "Sánchez, un ‘aspirante’ que no pudo romper el debate". "El líder socialista no actuó casi en ningún momento como presidente y no logró dominar el duelo". "La estrategia que había preparado La Moncloa, en línea con las entrevistas que había realizado el presidente, se vio desbordada en muchos momentos por un Feijóo completamente diferente al que se había visto durante meses en el Senado, donde apenas consiguió en varios cruces coger la medida al presidente". Ese señor que dice Lucía que se metió en el cuerpo de Feijóo.


El País había puesto toda la carne de Sánchez en el asador del cara a cara. Estaban eufóricos, iba a ser la remontada. El chasco ha sido tan tremendo que Cué se agarra ahora a que "Sánchez, a diferencia de Feijóo, tiene una segunda oportunidad en un debate en el que contará con menos audiencia, el día 19 en RTVE con Yolanda Díaz y Santiago Abascal, porque el líder del PP ha decidido no acudir al encuentro a cuatro". ¿El día 19 hay un debate con Yoli y Abascal? Apasionante, Cué, seguro que ahí Sánchez arrasa a Feijóo.


Elsa García de Blas dice que "Feijóo no suelta amarras con Vox". "El líder del PP deja en el aire la incógnita de si meterá a Abascal en su Gobierno y califica de "constitucionalista" a la extrema derecha". Sánchez metió a la extrema ultraizquierda de Iglesias en su gobierno, ha pactado con expresidiarios, como con el etarra Otegi y con el golpista Junqueras. Y Feijóo ofreció a Sánchez firmar que gobierne la lista más votada para no dependender de los extremos. Sánchez ni le echó un vistazo. "Feijóo trató varias veces, sin éxito, de forzar a Sánchez a que firme con él un acuerdo para que ambos se comprometan a dejar gobernar a la lista más votada. Él sí comprometió su palabra a que si pierde dejará gobernar a Sánchez". ¿Pero qué dices Elsa? No te inventes las cosas. Feijóo se comprometió si Sánchez se comprometía, si no, no hay trato. Solo faltaba, ni Feijóo ni los españoles somos idiotas, Elsa, aunque tu creas lo contrario. Díselo a Miguel Barroso. Si gana Feijóo y Sánchez no le deja gobernar pactará con Vox, punto pelota, y podéis decir misa en latín.


El editorial no oculta su decepción. Se empeña en la idea de meter a Sánchez y a Feijóo en el mismo saco del barro, pero todos vimos que el que estaba fuera de sí era el presidente. "Lo que vimos anoche fue un mal debate", dice Pepa Bueno Barroso enfurruñada. "Un Sánchez crecientemente a la defensiva se conformó con un pugilato televisivo en lugar de buscar la confrontación de ideas y modelos de gestión", "el debate siguió entre el estruendo de las interrupciones". Las de Sánchez, sobre todo. Qué berrinche tienen.


Jabois no se anda con paños calientes. "Noche nefasta de Sánchez. "Sánchez no estuvo rápido ni hábil, rehén de su cara regular maquillada y su pelo extrañamente peinado, tuvo contestaciones de cajón que no pilló al vuelo, insistió en el sentido del humor de Feijóo (hasta tres veces) como si eso fuese gracioso y, a pesar de varios arrebatos que tumbaron a Feijóo se le vio incómodo en general y fiando a su sonrisa y sus cejas muchas de sus respuestas; estrategia sin pies ni cabeza". No para Pedro el Guapo.


"Feijóo ganó el debate", "y ganó por varios puntos. Tan sobrado que en el minuto de oro pasó de la cámara y se puso a mirar a un técnico que pasaba por allí, en plan "ya solo me interesa este español"". Ha dejado claro que no necesita a ningún periodista que le eche una mano. Se vale él solito.


Máriam Martínez Bascuñan dice que "Alberto Núñez Feijóo ha conseguido trasmitir la impresión de tener mayor templanza. "No me interrumpa", "tranquilícese", "le veo a usted muy nervioso", eran las frases que continuamente lanzaba al presidente del Gobierno. Solo le faltó sacar del bolsillo de su chaqueta un lexatín". Mira, hubiera tenido gracia. "La sorpresa es que esperábamos un Feijóo conservador y un Sánchez agresivo, y en su lugar hemos visto un candidato del PP avasallador y un presidente prácticamente desbordado". Vimos a un Sánchez excesivamente agresivo, a un Feijóo tranquilísimo y a un presidente de los nervios. Lo que os pasa a los de El País es que todavía no habéis digerido que Feijóo pudiera ganar a Sánchez.


"Lo cierto es que Sánchez salió a la defensiva y Feijóo fue más hábil con el ataque: consiguió embarrar desde el inicio un debate en el que Sánchez chapoteó demasiado en el tema de Vox". ¡Pero Máriam! Con lo que os gusta en El País chapotear en el tema de Vox y ahora se lo reprocháis a Sánchez. "Sánchez se fue desquiciando poco a poco perdiendo el tono presidencial que le daban cinco años con una buena hoja de servicios". Una hoja embarrada de mentiras y embustes como casas. El único servicio se lo ha hecho a ETA, a los separatistas y a la extrema izquierda que gracias a él habita en carísimos chalés. "Era una bala de plata para el que va por detrás y Sánchez la ha desperdiciado".


Pablo Ordaz admite que "el debate resultó una sorpresa". Sobre todo para Prisa, que esta segura de que lo ganaría Sánchez sin despeinarse. "El debate se presentaba con un guion claro: Sánchez iría al ataque, con el aplomo que da el poder, la experiencia de cinco años de gobierno y el buen sabor de boca que dejó entre sus fieles sus intervenciones en programas televisivos de entretenimiento. A Núñez Feijóo le tocaba un papel mucho menos atractivo, el de aguantar hora y media como pudiera, sin meter mucho la pata, buscando un empate, si acaso una derrota por la mínima que no tuviera una gran repercusión en las encuestas". Menudo chasco. "Núñez Feijóo logró sacar de sus casillas a Sánchez". La redacción de El País debe ser hoy un funeral.

ABC


"Feijóo frena las opciones de Sánchez de remontar". "Pedro Sánchez comenzó el debate nervioso, interrumpiendo a su interlocutor e intentando colocar demasiado rápido un mensaje de descrédito. Ese nervio contrastaba con su posición de presidente en el cargo ya que podría corresponderse más con el tono del aspirante. Frente a la continua gesticulación forzada, Feijóo mostró un talante mucho más sereno, incluso solemne en ocasiones, para intentar aguantar un ataque a la desesperada por parte del presidente", dice el editorial. Feijóo "templó el debate y desde el comienzo del cara a cara vio cómo la estrella de su oponente se apagaba. Un empate o una derrota de mínimos le habría bastado al Partido Popular. Pero fue mucho más que eso. Todo apunta a que la gran oportunidad de Sánchez ha quedado malgastada". Si es que era una oportunidad. Los periodistas nos divertimos, pero no suelen influir mucho en el voto.


José Peláez es malo, muy malote. "Que el presidente esté desquiciado da un poco igual. El problema no es ese. El problema es estar desquiciado delante de todos los españoles. El verdadero problema es comportarse como una persona que ha perdido los nervios y habla sin parar ante un Feijóo, unos moderadores y unos cuantos millones de espectadores que lo mirábamos absortos, como si hubiera perdido el contacto con la realidad y deambulara en pensamientos inconexos, repetitivos y, por momentos, delirantes". Hasta el 11-M y la guerra de Irak, llegó a sacar.


"Que el presidente del Gobierno de un país como España se muestre públicamente como un macarrilla al que tienen que mandar callar y casi cortarle el micrófono para que el debate pudiera proseguir por unos canales mínimamente dignos es preocupante". No sé de qué te sorprendes, siempre ha sido así.


"Intentó desestabilizar en todo momento a un Feijóo que acabó por desquiciarlo a él por madurez, por tablas y, sobre todo, por estructura personal". Ya le advirtió el gallego que él no era El Hormiguero.


Feijóo "fue capaz de noquear totalmente a un Sánchez perdido, desencajado, nervioso y actuando como un aspirante delante de la autoridad. Todo ello se resume en esa pregunta que Feijóo le lanzó: «¿Qué le pasa hoy, señor Sánchez?»". Oh, fue maravilloso.


Ignacio Camacho tampoco oculta su sorpresa. "Sin las manos atadas por el desigual reglamento del Senado, Núñez Feijóo mostró una pegada dialéctica inesperada y le sacudió a un nervioso Sánchez como un boxeador que llevara una herradura en el guante". "El jefe del Gobierno mostró una cara inédita: desasosegado, incómodo, impaciente, a veces impertinente, con risas espasmódicas como mecanismo de defensa. Quizás él tampoco esperaba un contrincante capaz de tratarlo con aire de superioridad y hasta de condescendencia". Se ha empeñado tanto en intentar colar que Feijóo es un insolvente que se ha creído sus propias mentiras. Toma insolvencia.


Pedro García Cuartango certifica: "un Sánchez visiblemente nervioso perdió los papeles". "Muchos pensaban, y yo entre ellos, que Sánchez iba a avasallar a Feijóo. Su dominio de la televisión y su capacidad de improvisación le daban una teórica ventaja. Pero no es eso lo que vimos. El líder del PP estuvo más certero y convincente porque supo dominar mejor sus nervios. Habló más despacio y con mayor contundencia que un Sánchez atropellado, que tuvo que ser amonestado por los moderadores. No habrá unanimidad sobre quien ganó". Pues ahí también te equivocas, Pedro, sí la hay. Hasta El País reconoce que ganó Feijóo.


Isabel San Sebastián habla de los moderadores, que se lucieron. "Ana Pastor sacó a la palestra a Vox, en referencia a la violencia contra las mujeres, sin contraponerlo a Podemos, ERC o Bildu. Feijóo sorteó la trampa con habilidad, apelando a los violadores liberados merced a la ley del solo sí es sí. Dos cero y un Sánchez cada vez más crispado, elevando el tono y la gestualidad, frente a un rival imperturbable a quien el presidente no dejaba hablar".

"Pese a la insistencia de los moderadores en referirse a Vox, haciendo abstracción de los socios de Sánchez, Feijóo halló el modo de espetar a su interlocutor que después de pactar con Bildu no es quién para dar lecciones en esa materia". Atresmedia nos debe a los españoles algunas explicaciones.

La Razón


"Feijóo noquea a Sánchez". El periódico de Atresmedida no nos da explicaciones de la conducta de la moderadora. "Pedro Sánchez se mató a sí mismo. Moncloa había anticipado un tono más sosegado del presidente del Gobierno, pero el candidato socialista boicoteó el debate con un tono agresivo, nervioso, interrumpiendo continuamente a su contrincante, acelerado, y siempre con el eslogan de que «PP y Vox son lo mismo»", sentencia Carmen Morodo. "Fue un debate bronco, atropellado, en el que el candidato socialista intentó utilizar a Vox para doblegar a Feijóo, pero fue Bildu lo que acabó noqueando al presidente del Gobierno". "Y como punto de inflexión, la oferta de Feijóo de firmar un pacto para que sólo gobierne la lista más votada después del 23J, compromiso que Sánchez no aceptó". Con ese gesto quedó claro que a Sánchez, Vox no le preocupa lo más mínimo. Como siempre, miente.


Para Marhuenda, "la constatación de la derrota clara y contundente del candidato socialista, en el debate que se celebró en Atresmedia, fue su nerviosismo, crispación e interrupciones constantes a Feijóo. Otro detalle interesante fueron sus sonrisas y risas forzadas. "El problema de Sánchez es que confirmó que no es ni creíble ni fiable y lo hizo en directo ante una audiencia millonaria".


"Alberto Núñez Feijóo cumplió impecablemente con lo que se esperaba de él, con la propuesta de un retorno a las políticas de centro, las que ha proporcionado los mejores años de progreso a España, y un discurso alejado de las pulsiones frentistas que quería ser una mano tendida a aquellos electores de la izquierda incómodos con la deriva radical a la que las alianzas de legislatura ha conducido al PSOE", dice el editorial. Lo que sí quedó claro es que el PSOE no se puede alejar de la radicalidad con Pedro Sánchez porque Pedro Sánchez es tan radical como sus socios.


Sabino Méndez nos sorprende. Conoció a otro Sánchez. "Quienes le tratamos cuando era un simple diputado jamás pudimos atisbar el personaje altivo que lleva dentro. En sus primeros debates en Veo o 13 TV se mostraba siempre moderado". Chico, qué cosas. "Los que conocimos ese otro Sánchez presuntamente mesurado no alcanzamos a entender semejante transformación, al estilo del doctor Jekyll cuando mutaba a míster Hyde". ¿Estás seguro de que es la misma persona?


"Hizo Feijóo gala de su habitual sensatez. Quizás porque es exactamente como parece. En materia de prudencia, Feijóo va sobrado. A Sánchez le sobran los modales. Por eso anoche perdió el debate. Por no saberse comportar". Y luego preguntan de dónde sale el antisanchismo. Que se pongan el vídeo del cara a cara de ayer a ver si lo comprenden de una vez.

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