Dos unidades de la Armada Federal de Rusia han navegado durante los últimos quince días por las aguas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) española. Lo han hecho en su tránsito desde la parte oriental del Mar Mediterráneo, donde los rusos tienen bases tanto en Siria como en sus aguas del Mar Negro, hasta el Mar Báltico, donde se encuentra la base naval principal rusa en Occidente. Se ha tratado del remolcador Sergey Balk y el submarino Krasnodar.
Durante estos días, ambos unidades rusas han estado controladas muy de cerca por buques de la Armada española. En un primer momento, cuando alcanzaron aguas del sur de las Islas Baleares, el cometido corrió a cargo del Buque de Acción Marítima (BAM) P42 Rayo. Siguió de cerca a estas unidades rusas durante tres días de navegación desde la zona de intercepción hasta aguas de control portugués, en el Océano Atlántico, más allá del Estrecho de Gibraltar.
La segunda parte de ese seguimiento, según ha informado el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), ha corrido a cargo del patrullero de altura P72 Centinela, que ha seguido la estela de navegación del remolcador y el submarino ruso desde la frontera norte de Portugal hasta su abandona de las aguas de la ZEE española. Este seguimiento se prolongó durante casi cuarenta y ocho horas.
Los movimientos de los barcos de la Armada española forman parte de las misiones habituales que tienen encomendadas, dentro de las operaciones de presencia, vigilancia y disuasión que se realizan tanto en aguas territoriales españolas como en la Zona Económica Exclusiva, lo que permite detectar anticipadamente amenazas y facilitar una respuesta inmediata y viable ante una potencial crisis.