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Cuando a Sánchez le preocupaba la banalización del terrorismo de los CDR

Una vez más, la videoteca deja al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como un oportunista sin principios, que retuerce la ley y los argumentos para defenderla por motivaciones sólo personales.

Una vez más, la videoteca deja al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como un oportunista sin principios, que retuerce la ley y los argumentos para defenderla por motivaciones sólo personales.

En una especie de ritual que se cumple escrupulosamente, cada vez que el Gobierno de Pedro Sánchez traspasa sus propias líneas rojas se encuentran declaraciones del mismo Sánchez (y de sus ministros) de hace días, meses o años que refutan radicalmente lo que ahora defiende por intereses espurios.

Cuando la credibilidad del presidente del Gobierno, de sus ministros y, por ende, de la propia España, parece que no puede bajar un nuevo escalón, ocurre el milagro. Esta vez, a cuenta de la exclusión de los delitos de terrorismo, salvo que atenten contra los derechos humanos, en la Ley de amnistía. Se trata de salvar a los CDR y al propio Puigdemont en lo que, por mucho que lo nieguen y traten de justificarlo, es traspasar de nuevo otra de las líneas rojas que los socialistas dijeron que nunca traspasarían.

Ahora que, por necesidades del guión, la ley va a distinguir entre el terrorismo "de siempre" y un supuesto terrorismo respetuoso con los derechos humanos, produce bochorno lo que el propio presidente del Gobierno le decía a Juan Pedro Valentín en una entrevista el 4 de octubre de 2019, donde le mostraba su preocupación por "la banalización" que los independentistas hacían de la violencia de los CDR.

Juan Pedro Valentín: "¿Le preocupa que se pueda radicar el terrorismo (de los CDR) en Cataluña?"

Pedro Sánchez: "Por supuesto que sí, y lo que más me preocupa es la banalización del concepto terrorismo que hacen algunos actores políticos" (en referencia a los independentistas).

A continuación Pedro Sánchez teorizaba sobre quiénes estaban detrás de esa violencia de los CDR, que no eran otros que los propios políticos independentistas con sus mentiras sobre España y su Estado de derecho.

La credibilidad de este Gobierno, en manos de un prófugo de la justicia, y por ende, la falta de credibilidad del Estado de derecho español son ya un grave problema del que todavía no conocemos el resultado final. El deterioro institucional que ha provocado en 5 años Pedro Sánchez es tan profundo y va a tal velocidad que es difícil saber cómo acabará todo.

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