
El Mundo
"La acción antinarco se hundió al cerrar Marlaska el grupo de élite"." Distintas fuentes fiscales consultadas por EL MUNDO recalcan que Interior desarticuló el OCON-Sur «sin dar ninguna explicación» a los jueces y fiscales que luchan contra el narcotráfico en el Campo de Gilbraltar pese a los buenos resultados que estaba dando la actuación de este cuerpo de élite en el Estrecho. Ayer, en Onda Cero, el portavoz de Jucil, Agustín Leal, deslizó la idea de que la desarticulación de esta unidad puede estar relacionada con Marruecos. «Hay que ver quién se beneficia del hachís», manifestó". Muy bien visto.
Dice Jorge Bustos que "todo lo que está mal en España cabe en la escalofriante secuencia de Barbate. La delincuencia empoderada hasta el punto de desafiar y batir a las fuerzas del orden". Y con qué saña." La superioridad material de los criminales sobre aquellos que tienen encomendada la protección de todos sin que les garanticen la suya. La eufórica celebración del crimen por parte de una juventud moralmente destruida para la cual la honradez es la opción vital de los imbéciles. La cobardía de un ministro que no asume su responsabilidad por haber desmantelado la unidad de élite que estaba ganando la guerra al narco. La indignación sin respuesta de la fiscal antidroga y las lágrimas impotentes de los compañeros de David Pérez y Miguel Ángel González. La omertá que obliga a los vecinos a elegir entre confundirse con el paisaje o significarse heroicamente en un lugar controlado por la mafia y sus omnímodos chivatos". Y mientras todo esto ocurría, el presidente de fiesta bien cuidadito por las fuerzas de seguridad que hicieron falta para salvar la vida de dos guardias civiles. Pero eso a Sánchez se la trae al pairo. No fue ni al funeral. Y eso que viaja en Falcon, no en una lancha de goma.
"España se ha marlaskizado indiscutiblemente. La actualidad trae una mezcla de humillación e incertidumbre: de la extorsión separatista a la ira del campo, del cabreo judicial a la crisis migratoria, de la gobernabilidad imposible a la torpeza opositora. ¿Por qué no iba a sentirse orgulloso Marlaska? En un país tan descentralizado como el nuestro no es fácil extender una sensación de caos tan uniforme". Marlaska será noticia hasta la próxima barbaridad, que será en horas.
Y el editorial avisa a los gallegos. "Las elecciones que se celebran el domingo en Galicia son una cita decisiva, casi de carácter existencial, porque lo que está en juego es mucho más que la elección del próximo presidente o presidenta de la Xunta. Los gallegos tendrán que escoger entre dos ideas de sociedad y de España radicalmente distintas. Una es la que representa el PP de Alfonso Rueda: una propuesta de estabilidad, convivencia y moderación que huye de alimentar el enfrentamiento entre ciudadanos". Y la otra opción es tener un gobierno de Sánchez, con los proetarras, golpistas y demás como en Madrid, encabezado allí por la separatista Ana Pontón, que tendrá que pactar con toda la izquierda. Aconsejo a los gallegos que miren a Madrid el domingo a la hora de depositar el voto, que recuerden a Sánchez y sus mentiras y sus chulerías y sabrán lo que tienen que hacer. Y si no, allá ellos, con su pan se lo coman como estamos haciendo en el resto de España.
El País
"El PP sobre Junts, a los periodistas en la reunión que desató el incendio político: "Si quieren reconciliarse de verdad, hablamos"". El periódico de Sánchez nos torturará con esta tontada hasta el próximo domingo. Resulta que Feijóo dijo la verdad cuando le espetó a Sánchez en la investidura, eso que tanto hizo reír a Sánchez, que no era presidente porque no había querido, porque no le había dado a Puigdemont la amnistía al ser inconstitucional, que para saltarse la ley había que llamar a la puerta de Pedro Sánchez, capaz de vender a su familia por un voto. Pero que él, Feijóo, no. El gallego tiene la vergüenza, la dignidad y los escrúpulos que le faltan a Sánchez y al PSOE. Lástima, nos hubiéramos quitado a Sánchez de encima para siempre. Que Puigdemont hizo lo que hizo y tendrá que pagar por ello, pero no puede ser tan mal bicho como Sánchez porque eso es, sencillamente, imposible.
"El narco en el Estrecho durante la era post-OCON: atomización de clanes, mercancía barata y "descerebrados" al timón", dice Jesús Cañas. "Tras la desaparición del mando de la Guardia Civil un nuevo ecosistema se afianza en el Campo de Gibraltar mediante clanes desconocidos hasta ahora". Desaparición no, Jesús, desarticulación. Y el responsable tiene un nombre: Fernando Grande Marlaska. ¿Conseguiremos alguna vez que esta basura vuelva a ser un periódico? Me temo que con Sánchez, no. De hecho vuelve el pseudoperiodista erre que erre en el texto: "después de que la Guardia Civil desmantelase OCON Sur, la unidad que luchaba contra el negocio". Que la desmanteló Marlaska, a ver Cañas, repite conmigo Mar-las-ka, ministro de Interior de Pedro Sánchez.
""El día que se lo cargaron, abrieron botellas de champán", explica la misma fuente cercana al mundillo, en referencia a esa decisión tomada en septiembre de 2022". El día que se lo cargó Marlaska brindaron por él, mira ministro, hiciste felices a los narcos asesinos con tu decisión.
Pero como la ocultación no es suficiente para salvar la cara del ministro hay que acudir a la mentira. "El Ministerio del Interior ha recordado este lunes que el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar sigue vigente hasta 2025 y que OCON se disolvió por una decisión de la Guardia Civil". El tal Cañas encima nos toma por imbéciles. La Guardia Civil está a las órdenes del Ministerio del Interior, de Marlaska, vaya, no toma decisiones por su cuenta. Y tengo entendido que son muy disciplinados. Y que quienes se juegan la vida en ese infierno son ellos. Una larguísima información de Cañas, que está muy puesto en narcos, los conoce a todos y en la que no aparece ni una sola vez el nombre del responsable de que el Campo de Gibraltar sea un narcoestado: Fernando Grande Marlaska.
Pepa Bueno hace una narración muy sentida. "A las 20.30 del pasado viernes, en noche cerrada y en medio de un temporal, un grupo de presuntos narcotraficantes a bordo de una embarcación semirrígida, de 14 metros de eslora y cuatro motores fueraborda de 300 caballos, embistió intencionadamente a una pequeña zódiac de goma, de seis metros y con un solo motor de 80 caballos, en la que viajaban seis agentes de la Guardia Civil. Murieron dos de ellos: David Pérez, de 43 años, casado y con dos hijos, y Miguel Ángel González, de 39 años, que tenía pareja y una hija. Otros dos resultaron heridos. Uno de ellos sufrió la amputación de un brazo por las hélices de la narcolancha. Todo sucedió dentro del puerto de Barbate, Cádiz, a la vista de los vecinos, que grabaron la escena desde el muelle. Las imágenes son sobrecogedoras. Se trata de un asesinato a sangre fría, ejecutado en público, solo entendible si quien lo comete se siente protegido por la más absoluta impunidad. Este periódico se une al dolor de las familias de los agentes y a la solidaridad con el instituto armado". A esas horas y es estas circunstancias, Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, no cogió el Falcon para ir a Barbate. Lo cogió, rodeado de los policías que faltaban en Barbate para irse a Valladolid a la fiesta de los Goya. Debió pensar que puaf, seguro que los guardias civiles eran de la fachosfera.
"En la tarde del viernes, la autoridad del Estado no existía en el puerto de Barbate", dice Pepa. No, estaba tomando unas copas y recibiendo halagos de RTVE en una fiestuqui chupiguay.
Marlaska no goza de la simpatía de Pepa Bueno y hoy le pide las explicaciones que no le pide Cañas. "Solo horas antes del crimen, el ministro Fernando Grande-Marlaska, había declarado en el Campo de Gibraltar que el plan contra el narco en la zona era "una historia de éxito", pese al malestar en las fuerzas de seguridad. Está obligado a dar explicaciones sobre por qué los seis agentes se enfrentaron a los narcos en una embarcación a todas luces insuficiente. Lo ocurrido en Barbate exige del ministro no solo inversiones sino también hacerse cargo del estado de ánimo de las familias y de toda la sociedad ante una tragedia grabada entre risas y aplausos".
ABC
"Marlaska desmanteló el dispositivo que puso contra las cuerdas al narcotráfico en el Estrecho por su alto coste". Claro, es que hay que pagar a los socios indepes de Sánchez, que son insaciables, y no hay pasta para todo. El editorial pide su dimisión. "La situación de Fernando Grande-Marlaska es insostenible y si el ministro del Interior no tiene el suficiente pundonor como para dimitir será Pedro Sánchez, su gran valedor desde el inicio de su presidencia, quien deberá destituirlo". "Cualquier persona con un mínimo pudor moral se sentiría obligado a asumir su responsabilidad ante una trayectoria insalvable y una dimisión es el último gesto que podría servir para imprimir un residuo de dignidad al paso de Grande-Marlaska por el Ministerio del Interior. En cualquier caso, el responsable de esta situación es Pedro Sánchez, quien sostiene en su cargo a un ministro que a cada paso incumple con la rectitud y con la responsabilidad que se le presupone al cargo". Ya, pero claro, Sánchez tampoco es que pueda presumir de rectitud y responsabilidad, son tal para cual.
Ignacio Camacho afea a Sánchez su desfachatez. "Dos servidores públicos asesinados -no «fallecidos»- en acto de servicio reclaman un mínimo gesto de luto por parte de un gobernante. Si Sánchez consideraba imprescindible su asistencia a los premios Goya aunque la noche no estuviese para festivales, el mismo Falcon que lo trasladó a Valladolid lo podía haber llevado unas horas antes a Barbate. Para dar el pésame y algo de ánimo a los familiares. Y sobre todo para dar la cara, para simbolizar ante la población el apoyo del Estado. Claro que era un viaje antipático, pero forma parte de las obligaciones no escritas del cargo. En esta clase de ocasiones se aprecia la fibra, el nervio moral de un liderazgo. El del presidente, pese al 'smoking' de la fiesta del cine, no salió muy favorecido en ese retrato". Por una vez no trató de engañar a nadie y dio su auténtica cara de patán engreído y sin empatía.
La Razón
"El PSOE trabaja para que Vox llegue al 4,9% en Galicia". Y Vox para que gane el BNG. Abascal y Sánchez siempre van de la mano para que no gane el PP. Vox hace lo mismo en todas las campañas, atacar sin piedad al PP. Sández debería darles un ministerio, se lo han ganado.
Marhuenda lo tiene claro. "Marlaska nunca dimitirá". "El Gobierno está más ocupado ejerciendo como oposición del PP, intentando atacar a Feijóo y humillándose ante Puigdemont, que preocupándose por los intereses y necesidades de los españoles. La principal ocupación de la RTVE, convertida en el canal temático del PSOE, y el diario gubernamental, así como de la pléyade de medios sanchistas es intentar revertir el resultado en las gallegas. Lo fundamental es que una nacionalista radical presida la Xunta. Por eso, ninguno de ellos pedirá la dimisión de Marlaska. Se ha dado cumplida información de la tragedia, pero es informativamente más importante la manipulación de que Feijóo miente y que estaba dispuesto a conceder un indulto". Como consuelo, Marlaska, a la gente le importa más que mueran dos guardias civiles asesinados por los narcos mientras el presidente del país está en una fiesta rodeado de los policías que podían haber evitado esta tragedia que las moviditas polítiqueras de las que están ya hasta las narices. La gente normal, la que no está obligada por su trabajo a leer periódicos y torturarse con las tertulias, está más por las series o los programas de entretenimiento, y si habla de algo en el metro, al margen del CGPJ, claro, es de los guardias asesinados y del feo gesto del presidente del Gobierno, de fiesta con sus titiriteros mientras las familias de dos servidores públicos lloraban su muerte en acto de servicio. Y Sánchez, de juerga y bien cuidadito por las fuerzas de seguridad que hubieran podido salvar las vidas de los guardias civiles. Qué bonito, Pedro, qué bonito. Que se lo piensen bien los gallegos.

