
Carles Puigdemont afronta las últimas horas de la campaña con enorme optimismo. El calendario corre y la fecha que se marcó para su regreso se aproxima. El prófugo pretende volver a España para participar en el debate de investidura tras las elecciones catalanas del próximo domingo. Lo ha prometido a sus fieles, lo repite en público y en privado y fía la apuesta a la entrada en vigor de la ley de amnistía.
El candidato de Junts sostiene en una entrevista en el digital independentista "El Nacional" que la amnistía limitará el margen de maniobra de los jueces, aunque muestra un cierto recelo: "Más de una vez he dicho que tratándose de la judicatura española todo es posible, ya nos lo han demostrado todos estos años". No obstante, afirma a continuación que "con la aprobación de la ley de amnistía se cierra un periodo de represión que ha llevado a gente a la prisión, al exilio o los tribunales. Y eso no tiene vuelta de hoja. Si hay jueces que quieren desobedecer, el margen ahora es más pequeño. La ley es muy explícita sobre cuáles son los hechos que quedan amnistiados. Si aun así desobedecen y se declaran en rebeldía, allá ellos. Pero eso tiene un recorrido muy corto. Y ahora ya, gracias a la ley de amnistía, no podrán impedir lo que impidieron en enero del 2018, lo que impidieron también con el encarcelamiento de Jordi Turull, que es que el Parlamento de Cataluña tome libremente su decisión de quién tiene que ser el president del Govern de Cataluña".
Puigdemont también ha cargado con dureza contra Pedro Sánchez y contra su partido. En relación al episodio de los cinco días de retiro del presidente del Gobierno, el prófugo ha declarado que "nosotros, como ya sabemos con quién nos las tenemos que tener, tomamos todas las precauciones. Si realmente tuviéramos una confianza en el Partido Socialista como la que tendría que existir en situaciones normales, no necesitaríamos a un mediador internacional, no tendríamos que reunirnos en un campo neutral para intentar llegar a acuerdos. Y, por lo tanto, todas las precauciones que tomamos pueden ser pocas".
Los GAL y la cal viva
Para ilustrar la desconfianza que le inspira el PSOE, Puigdemont destaca que "estamos tratando con una máquina de poder, una máquina de poder que en determinados momentos lo ha ejercido de manera muy dura, y muy vergonzosa incluso, recordemos los años ochenta, los GAL, la cal viva. Este es el partido. Por lo tanto, nosotros no nos engañamos sobre quién tenemos enfrente. Por eso, cuando hubo este anuncio sorprendente del presidente Sánchez, nosotros, yo particularmente, nos lo tomamos con mucha cautela, porque les conocemos".
El dirigente separatista aprovecha la entrevista para asegurar que ha alcanzado en los sondeos a Salvador Illa y que el primer puesto está en disputa. En concreto habla de un "empate virtual" y de "remontada que ya es en sí una señal de victoria". También cree muy posible que se produzca una mayoría independentista que le permitiría gobernar sin dificultad. No obstante, en respuesta a otra pregunta afirma que el escenario postelectoral con más probabilidades es una repetición de los comicios.
Extensión del acuerdo de Bruselas
A la pregunta de si negociará con el PSC a fin de ser presidente, Puigdemont contesta que "nosotros no negociaremos porque creo que si las cosas van como creo que irán, el PSC sabrá lo que tiene que hacer. Nosotros tenemos un acuerdo con el PSOE para intentar resolver un conflicto histórico. Este acuerdo nos lo creemos tanto que lo hemos ido trabajando cada mes en Suiza, ante gente que no son ni catalanes ni españoles que nos ayudan en este propósito. Este esfuerzo no puede ser nada más que apoyado por parte de toda la familia socialista. No entendería que estuvieran haciendo un esfuerzo tan colosal, de tanta amplitud, como el que estamos intentando hacer, y que después el Partido Socialista pusiera palos en las ruedas. Creo que eso ya está negociado, dijéramos, con el acuerdo de Bruselas".

