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La Armada busca experimentar con drones marinos o USV tras comprobarse su utilidad en la guerra de Ucrania

Quiere comprobar las posibilidades que ofrecen a nivel operativo. HA licitado la compra de un USV y de dos mini-drones para embarcar.

Quiere comprobar las posibilidades que ofrecen a nivel operativo. HA licitado la compra de un USV y de dos mini-drones para embarcar.
Uno de los modelos de USV o dron marino que está utilizando Ucrania para atacar a Rusia | Min. Defensa Ucrania

La invasión rusa de Ucrania está sirviendo para comprobar en combate la utilidad, virtudes y defectos de algunos proyectos y novedades en armamento que se estaban desarrollando antes del conflicto bélico, pero que hasta ahora no habían sido probados en escenarios reales. Más allá de las imágenes de guerra de trincheras, que hacen recordar al siglo pasado, la innovación de la industria de Defensa también se está dejando ver en el teatro de operaciones.

Uno de los principales protagonistas están siendo los sistemas no tripulados. La utilidad de los aéreos estaba más que demostrada, tanto en escenarios de paz como en conflicto. Tuvieron su utilidad en Afganistán y tuvieron un papel fundamental en la más reciente guerra de Nagorno Karabaj. Pero en Ucrania están tomando protagonismo también los terrestres y, sobre todos, los marinos y submarinos.

Las Fuerzas Armadas ucranianas han utilizado este tipo de drones marinos tanto para atacar a la flota rusa en el Mar Negro, causando considerables bajas y obligando a la Marina rusa a quedarse prácticamente refugiada en el puerto de Sebastopol, para atacar el propio puerto de la Península de Crimea e, incluso, para echar abajo el puente de Kerch, que une la península de Crimea con Rusia.

La Armada española ha desarrollado algunas pruebas en los últimos años, pero este mes ha dado un paso adelante y quiere hacerse con varios de estos sistemas no tripulados marinos o USV para comprobar todas las posibilidades que ofrecen a nivel operativo. Quiere embarcar sistemas de varios tipos para probarlos a fondo durante 2-3 días en diferentes tipos de embarcaciones y misiones.

Busca en el mercado un dron marino o USV que sea totalmente rígido (sin zonas hinchables), con una eslora de 6-8 metros, una manga de 2-3 metros, que alcance una velocidad máxima de 30 nudos (34,5 km/h) y una velocidad de crucero de al menos 15 nudos (17,2 km/h), con capacidad para portar una carga de pago de mínimo 600 kilos, y que tenga una autonomía superior a las 250 millas náuticas (más de 450 kilómetros).

El USV tiene que tener la capacidad de ser piloto tanto en remoto como desde el propio USV y, en el caso de tener mástil, éste debe poder plegarse casi por completo. También se pide que tenga comunicaciones 5G, que se le pueda añadir SATCOM (comunicaciones por satélite), que tenga capacidad de tracking optrónico y por radar, y que tenga capacidad de desarrollar mapas batimétricos en tiempo real.

Por otro lado, está buscando dos mini-drones con un alcance de al menos 10 millas náuticas (18,5 kilómetros), así como equipos de comunicaciones BLOS por satélite y capacidad de comunicaciones para operar los mini-drones desde cualquier buque de la Armada a través del propio USV.

Todo ello, tendrá que estar dentro del presupuesto de 44.000 euros que se ha puesto como pago máximo. Así queda reflejado en la licitación pública que se ha conocido este lunes y en la que también se adelanta que la Armada se "está estudiando la posibilidad de incorporar otros sistemas como municiones merodeadoras o drones como carga de pago de los USV" con el objetivo comprobar su "aplicación operativa crítica en escenarios A2/AD".

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