
Representantes de los partidos y entidades independentistas se han reunido este domingo en la llamada "Casa de la República" de Waterloo para tratar de unificar estrategias tanto en lo que respecta a la amnistía como de cara a una eventual repetición de las elecciones catalanas. El líder de Junts, Carles Puigdemont, es el anfitrión de un encuentro que recuerda las reuniones unitarias del independentismo durante la fase del proceso que desembocó en la asonada de otoño de 2017.
Por parte de ERC han acudido dos cargos intermedios, Marta Vilaret y Juli Fernández. La semana pasada fue Oriol Junqueras quien se reunió con Puigdemont para tratar de unificar criterios. En cuanto a Marta Rovira, tanto Puigdemont como Jordi Turull, secretario general de Junts, mantienen un contacto constante.
También está presente en el encuentro de este domingo, anticipado por La Vanguardia, el nuevo presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Lluís Llach, persona afín a Puigdemont.
En el encuentro se ha abordado la negativa del Tribunal Supremo a aplicar la amnistía por los delitos de malversación y las órdenes de detención sobre los dirigentes golpistas prófugos. La resolución del Tribunal Supremo no sólo afecta a Puigdemont, sino que implica también a Marta Rovira, Oriol Junqueras y demás condenados por malversación.
Pero la reunión sirve además para presionar a ERC, que mantiene negociaciones con los socialistas para investir a Salvador Illa a cambio de un concierto económico para Cataluña similar al del País Vasco. Puigdemont no sólo quiere que se repitan las elecciones sino afrontarlas como cabeza de cartel de una lista conjunta entre Junts y ERC, una candidatura similar a la de 2015, Junts pel Sí.
La vuelta de Puigdemont
El encuentro se produce en un momento especialmente delicado para las formaciones separatistas por dos expedientes: la campaña de falsa bandera contra los hermanos Maragall de ERC y los gastos personales que Toni Comín trató de colar al Consell de la República y que han puesto en tela de juicio la estructura que Puigdemont diseñó para mantener su político en Cataluña a pesar de vivir en Bélgica.
La reunión ha servido también para confirmar que el próximo 13 de julio la ANC ha convocado una manifestación para protestar contra la decisión del Supremo de no aplicar la amnistía a Puigdemont. Llach y algunos otros activistas del separatismo especulan sobre la posibilidad de traer a Puigdemont de vuelta a España e impedir su detención formando una especie de barrera humana, unos planes a los que se resiste el expresidente de la Generalidad porque dice que quiere mantener la dignidad del cargo.



