
El Gobierno de Pedro Sánchez ha sufrido dos nuevos varapalos en el Congreso, justo cuando se cumplía un año de las elecciones del 23 de julio. Lo que parece cada vez más un eslogan de autoayuda o autoconvencimiento (el manido "somos más" de la noche electoral) se ha convertido en una pesadilla para Sánchez. El truco de atribuirse mayorías que no le corresponden está igualmente manido.
La geometría variable de la que tanto hizo gala en la anterior legislatura no sirve en esta, al estar en manos de los 7 diputados de Junts con los que Sánchez se mantuvo en Moncloa, pero sin poder gobernar. El argumentario se agota, y la mayoría de progreso no era más que el chantaje a un presidente dispuesto a dejarse chantajear con tal de aguantar unos meses o años más en el poder.
Con el rechazo de la reforma de la Ley de Extranjería y los objetivos de déficit (el techo de gasto) —ademas de dos enmiendas en el Senado a la Ley de Paridad que prosperaron con el voto del PSOE en contra—, Sánchez suma 33 derrotas parlamentarias (entre votaciones perdidas, retiradas de proyectos, enmiendas del senado, reprobaciones y mociones) desde que fue investido presidente en noviembre, o sea, en 8 meses. Y eso pese a prometer el oro y el moro a los de Puigdemont, siendo la amnistía lo más significativo, pero donde también se incluye una financiación singular para Cataluña, baza con la que juega también ERC a cambio de investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
Hay que señalar que en esas votaciones en las que el Ejecutivo evidencia que no son más, Pedro Sánchez suele tomar las de Villadiego, porque al presidente no soporta estar presente en el hemiciclo cuando sabe que va a perder una votación.
Podemos tumba una reforma de Yolanda Díaz
Si en las votaciones del martes el voto en contra de Junts fue el definitivo (en ambos casos votó lo mismo que PP y Vox) en otras ocasiones han sido los votos de Podemos los que han tumbado una iniciativa legislativa del Gobierno.
Así ocurrió el 10 de enero de 2024, cuando Podemos votó en contra del decreto ley de Yolanda Díaz que incluía una reforma del subsidio por desempleo. Más allá de las discrepancias sobre el contenido de la reforma, es evidente que Podemos ejerció así su derecho a la vendetta contra Díaz.
Junts frena la reforma de la Ley de Aministía
También en enero, Junts rechazó la proposición de Ley de Amnistía en la votación de conjunto.
El voto en contra de los diputados capitaneados por Míriam Nogueras impidió al Gobierno alcanzar los 176 votos, por lo que el texto regresó a la Comisión de Justicia, retrasando varias semanas su aprobación. El motivo: que el texto no blindaba suficientemente los delitos de terrorismo y traición vinculados al procés.
Febrero y marzo: reprobaciones y mociones ganadas por la oposición
Además de las iniciativas legislativas tumbadas, en esta legislatura la oposición ha ganado otras reprobaciones y mociones contra el Gobierno de Sánchez. El 29 de febrero, el Pleno del Congreso aprobó la reprobación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate (Cádiz), arrollados por una narcolancha. La reprobación, promovida por el PP y apoyada por Vox, se aprobó con la abstención de Podemos y Junts.
Y dos semanas después, el 14 de marzo, la oposición ganó la primera votación del llamado caso Koldo sobre una moción del PP en la que se exigía al Gobierno la depuración de responsabilidades además de auditorías y documentación sobre contratos de la pandemia. En este caso la moción salió adelante por la abstención de ERC y Junts, que dejaron tirados al frente del "NO" liderado por PSOE y Sumar. Este revés fue de los más mediáticos por tratarse de un asunto de corrupción con el que la oposición está acorralando al Gobierno.
Abril: deflactación del IRPF y lobo ibérico
El primer Pleno del mes de abril fue testigo de una nueva derrota del Gobierno. Pese a su voto en contra, una iniciativa del principal partido de la oposición, el PP, exigiendo la deflactación del IRPF para compensar la subida de la inflación salió adelante gracias a la abstención de Junts, PNV y BNG.
Pocos días después, el 23 de abril, PSOE y Sumar se quedaron solos en la toma en consideración de una proposición de Ley del PP para relajar la protección al lobo ibérico. Esta vez los de Feijóo consiguieron sumar a Vox, Junts y PNV, que votaron a favor, mientra que Bildu se decantó por la abstención.
Mayo: ocho nuevas derrotas y una retirada
En la sesión plenaria del 21 al 23 de mayo, el PSOE cosechó seis nuevas derrotas parlamentarias:
Una proposición de ley del PSOE contra el proxenetismo sólo recabó apoyos en el Grupo Mixto. Todos sus socios, incluido su socio de Gobierno (Sumar) votaron en contra. Era la primera vez que caía una ley impulsada por el Grupo Socialista.
Se esto ocurría el 21 de mayo, el 23 el PSOE batió su récord, añadiendo a su casillero otras cinco derrotas: dos en sendos puntos de una proposición no de ley del PP (sobre el acceso a alimentos básicos) y otras tres en una moción sobre política exterior, también promovida por los populares.
Además, retiró el debate de totalidad de la reforma del Ley del Suelo precisamente porque no contaba con los apoyos suficientes para sacarla adelante. En este caso, ERC, Junts y Podemos habían registrado enmiendas de totalidad que iban a contra con el apoyo de Sumar y Bildu, por lo que el Ministerio de Vivienda prefirió retirar su proyecto de Ley para evitar una nueva derrota.
Fue lo mismo que hizo a principios de año el Gobierno, cuando Sánchez se vio obligado a retirar el proyecto de PGE ante las exigencias de Junts —un modelo de financiación a la carta para Cataluña—, prorrogando las cuentas de 2023.
El mes de mayo se estaba convirtiendo en una pesadilla para el Gobierno que se completarían con otras dos derrotas el 30 de mayo. En ambos casos por no contar con el apoyo de de Junts en una iniciativa del grupo plurinacional para proporcionar más información económica a los sindicatos en las negociaciones de los convenios colectivos; y en el primer punto de una moción del PP sobre políticas de juventud (exenciones fiscales a los menores de 34 años en los primeros años de su vida laboral).
Junio: el Gobierno suma derrota tras derrota en el Parlamento
El pasado mes de junio no fue mucho mejor que el de mayo. Pese al rechazo del PSOE, el 20 de junio salieron adelante los siete puntos de una proposición no de ley del PP sobre el Sáhara Occidental y las relaciones con Marruecos.
El 27 del mismo mes, el PSOE perdió otras siete votaciones: una proposición no de ley del PP para exigir una mayor dotación de profesionales sanitarios de atención primaria —que tuvo el voto a favor de Vox, PNV y UPN y la abstención de ERC, Podemos y CC—, y seis puntos de una moción del PP sobre varios asuntos relativos al control parlamentario, el cumplimiento de los mandatos de la Cámara y el respeto a la función legislativa del Congreso.
La geometría variable, que tantas alegrías dio a Sánchez en la anterior legislatura, no está funcionando en esta: los votos a favor de sus socios preferentes (Bildu, Podemos, Junts, ERC y PNV) son cada vez más caros, y empiezan a no quedar cartas que repartir. La sensación de agonía es mayor cada día que pasa.
Sánchez resiste, pero pagando un alto precio por esa empecinada resistencia.




