El Ministerio del Interior ha querido que este año la festividad del Día de la Policía Nacional sea tranquila y no estuviese envuelta a las habituales polémicas generadas en torno a la concesión de medallas o las pitadas a Fernando Grande Marlaska por la gestión que hace de su departamento. Y ha puesto su granito de arena para hacerlo realidad, aunque alguno de los métodos ha sido algo polémico y ha causado malestar interno en el seno del cuerpo.
La primera medida fue poner fin a la concesión de condecoraciones del más alto nivel a mandos policiales que no cumplían los requisitos como gratificación por los servicios prestados a la cúpula político del Ministerio del Interior. La situación se había llegado a convertir en un bodevil, ya que los sindicatos de la Policía Nacional las habían recurrido a los tribunales y los jueces terminaron anulando las más polémicas concedidas en los años 2021, 2022 y 2023.
El otro elemento a eliminar eran los pitos, abucheos y gritos contra Marlaska. El año pasado en Salamanca marcaron todo el acto central, porque se repitieron en diferentes momentos y nada se pudo hacer sobre la marcha para evitar que el malestar por la gestión del ministro se mostrara de forma patente. Este año no querían que los mismo volviera a suceder en la Plaza de España de Sevilla, donde ha tenido lugar el acto central este miércoles.
Es por ello que el Ministerio del Interior ha dado la orden de blindar el acto, expulsando al público general de la zona, de modo que no pudiese increpar al ministro durante la celebración del acto. Hasta tal punto ha llegado el control de acceso, según han explicado fuentes policiales a Libertad Digital, que a la icónica plaza sevillana solo se ha podido acceder con una invitación nominal emitida por la Dirección General de la Policía.
Quienes, pese a tener invitación, no han asistido al acto han sido los representantes del Sindicato Unificado de Policía (SUP), uno de los dos sindicatos mayoritarios del cuerpo, como acto de presión para que se modifique la actual Ley de Condecoraciones de la Policía Nacional, vigente desde el año 1964. Una ley que todos los sindicatos policiales vienen exigiendo que se actualice desde hace años.