"El ejemplo de Companys nos recuerda la necesidad de un compromiso en defensa de la paz en un mundo que se rija por reglas y no por la ley del más fuerte", ha destacado el presidente de la Generalidad, el socialista Salvador Illa, en el homenaje a Lluís Companys en el 84 aniversario de su fusilamiento, el 15 de octubre de 1940, tras ser entregado por la Gestapo a las autoridades franquistas.
Como es tradicional, los partidos separatistas y los de izquierdas han recordado la controvertida figura de quien fuera presidente de la Generalidad durante la Guerra Civil y bajo cuyo mandato se llevaron a cabo miles de asesinatos en las purgas de personas consideradas desafectas a la República.
Y también como ya es tradición desde 2018, los partidarios de Puigdemont han aprovechado la efeméride para comparar el Estado franquista con la democracia actual y al golpista prófugo con Companys. Así, el indultado Josep Rull, ahora presidente del parlamento autonómico ha asegurado que "sigue vigente la anomalía democrática" que provocó la ejecución de Companys en la figura de los que considera "exiliados" del independentismo.
Laura Borràs, la presidenta de Junts condenada por corrupción, ha ido un paso más allá para afirmar: "Cambian los tiempos, cambian los métodos, pero se mantiene la pulsión represiva del Estado español. Tenemos un president fusilado, y ahora tenemos un president en el exilio (sic) que no puede volver porque el aparato judicial español, sin miramientos, no quiere aplicar una ley que emana de su propio parlamento".
ERC por su parte reclama al Estado una "disculpa solemne". El encargado de verbalizar esa tesis ha sido Juli Fernández, del sector junquerista, miembro de la mesa del parlamento regional. Fernández considera que el Gobierno debe destinar más dinero para la búsqueda de las víctimas desaparecidas de la Guerra Civil y también para las reparaciones a sus familiares.