
El gran apagón del 28 de abril, que afectó a toda España y a partes de Portugal y Francia, ha dejado miles de historias distintas a su paso. Por ahora, se investigan cinco posibles muertes relacionadas en Valencia, Orense y Madrid. Además, miles de personas quedaron atrapadas en ascensores, atracciones y trenes.
Este fue el caso de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz o del presentador de Antena 3, Matías Prats. También el de Teresa Barrero, una enfermera que quedó atrapada en un tren entre Madrid y Córdoba a causa del apagón. Barrero ha relatado su experiencia en el programa En casa de Herrero, de esRadio, donde ha contado que se subió a las 12 menos cinco horas, y justo 35 minutos después del tren se paralizó.
En un primer momento, los pasajeros no tenían ni idea de lo que estaba sucediendo. "Empezamos a mirar los móviles y no había cobertura. Nos empezaron a decir que en 4 o 6 horas se solucionaría", ha relatado. Al principio, muchos pensaban que el tren estaba detenido porque debía pasar otro por la vía contigua. Pero a medida que pasaba el tiempo, la incertidumbre cada vez era mayor. "Todo el mundo estaba expectante. Estuvimos una hora entera sin saber qué estaba sucediendo. Nos dijeron que era en toda España y que pasaría en 4 o 6 horas. La gente hacía bromas, pero nos mosqueamos porque empezaron a repartir agua y no sabíamos qué pasaba", ha manifestado la afectada.
Una crisis de pánico
El calor dentro del tren se volvió insoportable, los niños comenzaron a llorar y se vivieron momentos de tensión. "Hubo la primera crisis de pánico y pidieron un médico. Sacamos a una señora y decidimos abrir una puerta porque no se aguantaba más", ha subrayado Barrero. Al abrir la puerta, la enfermera ha relatado como la gente que pasaba por la carretera preguntaba qué necesitaban, sin embargo, ellos lo que necesitaban es que acudiese la Guardia Civil o la Policía para evacuarlos.
Finalmente, todos los pasajeros fueron evacuados tras cinco horas de espera. "La Guardia Civil cortó con una radial una estructura metálica y pasamos por allí. Luego vino un autocar, que evacúo primero a los niños y a los mayores, y después al resto". Después les llevaron a un recinto en Montilla: "Nos dieron comida, agua y helado. Se portaron de diez".
Entre los pasajeros, había personas especialmente vulnerables. "Había una diabética mareada y una niña trasplantada de La Paz, de siete años. Su madre se puso a llorar desconsoladamente". Cuando llegaron a Montilla, la niña pudo ir a una farmacia para comprar la medicación y, a continuación, se dirigieron al hospital". Barrero, que trabaja como enfermera y vivió con dureza la pandemia, ha confesado que "había perdido la esperanza en el ser humano",sin embargo, tras el apagón, la ha vuelto a tener.
Muchos durmieron en un recinto
A pesar de llegar sanos y salvos al recinto de Montilla, el caos no acabó ahí. "Nos llevaron a otro recinto, pero seguíamos sin luz. El ambiente cambió, ya no había humor", ha manifestado Barrero. A esto se sumó que no había suficientes colchonetas para que todos pudieran dormir.
"Yo hasta me planteé coger una bicicleta para volver a Madrid", ha relatado. Aunque en medio del desconcierto, surgieron conexiones inesperadas: "Me encontré con un antiguo supervisor del hospital que también estaba allí. Por suerte, conocía a la alcaldesa de un pueblo, que contactó con un taxista que se ofreció a llevarnos a siete personas a Madrid. Nos daba igual lo que costara".
"Yo solo pensaba en cómo volver a Madrid", ah confesado la afectada, que terminó llegando a las dos de la mañana debido a que todo el camino estaba a oscuras y era mucho más complicado conducir. "Cuando empezamos a entrar en Madrid y vi luz y respiré", ha añadido.
Los equipajes quedaron inicialmente en el tren y, aunque más tarde fueron recuperados, a Barrero le perdieron una maleta: "Ahora tengo que reclamar en objetos perdidos, pero me da igual".