Movimientos de calado en las bases separatistas. "Dempeus per la independència" concurrirá en las próximas elecciones autonómicas con un solo punto en su programa: retomar el golpe de Estado del 1-O de 2017 y proclamar la independencia. El partido surge de un cisma en la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Los fundadores de la formación se han enfrentado por activa y por pasiva con Lluís Llach, el actual presidente de la organización, al que acusan de ser un títere de Carles Puigdemont para tener controlada y apaciguada a la entidad.
El rostro más visible del nuevo partido es Josep Punga, un valor en alza en el independentismo, que disputó la presidencia de la ANC con Llach en el último cambio de liderazgo de la entidad. De padres africanos (padre angoleño y madre congoleña), nació en Cornellá de Llobregat en 1997. Es licenciado en Economía y a pesar de su juventud tuvo tiempo de militar en Convergencia. Ha pasado por todas las siglas posteriores, incluida la última marca, Junts.
"Dempeus" se presentó este jueves en Barcelona con cierta expectación. Fue Punga quien utilizó el término "engañifa" para definir el proceso separatista. Hay una corriente en crecimiento dentro del independentismo que cuestiona el liderazgo de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Y las expectativas de la Aliança Catalana de la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, animan a este sector.
Detrás de Punga hay las dos últimas presidentas de la ANC, Dolors Feliu y Elisenda Paluzie, favorables a crear una lista alternativa a los dos grandes partidos independentistas. El joven dirigente separatista aspira a romper con la inercia "negociadora" de Junts y ERC que considera consecuencia de una "rendición" que no ha sido votada por los catalanes.
Populismo independentista
Como suele ser habitual, el partido no se define ni de izquierdas ni de derechas, pero sí "unilateralista". Todo el mundo que comparta el objetivo de la independencia es bienvenido, afirman sus promotores. La intención es captar electorado de Junts y ERC, pero la mayoría de quienes promueven la iniciativa han pasado por las filas convergentes, aunque también hay otros como Uriel Bertran, que lideró una corriente crítica en ERC en la década pasada.
Sea como fuere, a la irrupción de Aliança Catalana se suma ahora la de otro partido con las mismas inquietudes y cuya sustancia es el cuestionamiento de Puigdemont y Junqueras.