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El odio antisemita suma y sigue en Cataluña: marcan y vandalizan una librería infantil en San Cugat

La propietaria del establecimiento se muestra sorprendida y atribuye el ataque a que no se ha manifestado ni a favor ni en contra de Israel

La propietaria del establecimiento se muestra sorprendida y atribuye el ataque a que no se ha manifestado ni a favor ni en contra de Israel
Pintadas en la librería Pati de Llibres. | @eurojewcong

La furia antisemita desatada con la Vuelta ciclista a España no remite. Este miércoles ha trascendido el señalamiento de una librería infantil en la localidad barcelonesa de San Cugat del Vallés. Se trata de un establecimiento fundado en 2008 por la eurodiputada de ERC Diana Riba y traspasado años después a su actual propietaria, Montse Soler. "Pati de Llibres" se llama la librería que ha amanecido con pintadas en las que se tacha de "sionista" y "cómplice con el genocidio" se supone que a la dueña del comercio. La "firma" es una bandera palestina y nadie ha reivindicado la "acción".

A través de su cuenta de Instagram, Montse Soler ha afirmado: "Esta mañana me he encontrado la fachada y el escaparate de la librería llenos de pintadas con mensajes ofensivos y políticos. Quiero expresar mi rechazo más profundo ante este ataque, que considero no sólo contra mi librería sino también contra los valores de convivencia y respeto que siempre he defendido".

Sigue: "Pati de Llibres no es un espacio de confrontación política. Es y continuará siendo un lugar de encuentro cultural y comunitario donde todo el mundo es bienvenido. Yo siempre he sido y continuaré estando al lado de todas las personas que sufren, sea cual sea su raza, religión, etnia o género. Mi vocación es mantener la librería como un espacio abierto, seguro y respetuoso, donde la cultura y la palabra sean instrumentos de diálogo y no de odio".

Para acabar, proclama: "Yo, Mont Soler, responsable de Pati de Llibres, reafirmo el compromiso de la librería con los libros, la infancia y toda la comunidad".

La ausencia de alusiones al supuesto "genocidio", de condenas al Estado de Israel y de proclamas favorables a Hamas en el comunicado de la responsable de la librería podría ser indiciaria de la acusación de "sionista" y "cómplice del genocidio". En declaraciones al medio local Tot Sant Cugat, Soler atribuye el ataque a que "no me he posicionado de una manera clara como la gente pretende que nos posicionemos todos. No creo que sea mi papel".

También llama la atención la ausencia, por el momento, de condenas por parte de los partidos políticos y los sindicatos al señalamiento al más puro estilo hitleriano de una librería infantil. Sí que se ha manifestado el Congreso Judío Europeo, organización que ha señalado en la red social X: "Estamos indignados por las pintadas antisemitas dirigidas a la librería Pati de Llibres en Sant Cugat del Vallès, Barcelona. Convertir un espacio cultural en objeto de odio, con lemas como "cómplice del genocidio sionista", es un ataque a los valores mismos del diálogo, el respeto y la libre expresión que sustentan las sociedades democráticas. Este tipo de intimidación no tiene cabida en Barcelona, ni en Cataluña, ni en ningún lugar".

La Comunidad Judía de Barcelona también ha lamentado los hechos con un mensaje que incluye fotografías del señalamiento de comercios en propiedad de judíos en la Alemania de los años treinta. El texto señala que "una librería, símbolo de lectura, cultura y encuentro, ha amanecido con pintadas de odio. Habrá quien continuará diciendo que no son gritos de odio sino simple 'libertad de expresión'. Pero la historia nos ha enseñado que todo comienza con palaras, después con símbolos en las paredes... y ya sabemos demasiado bien hacia dónde puede llevar este camino. Hoy se repite delante de nuestros ojos. El odio nunca es inocente. El odio busca sembrar el miedo".

Políticas antisemitas

Cataluña fue la primera región de España en la que los socialistas activaron su ofensiva contra Israel. El alcalde Collboni giró una visita propagandística a Jordania después de que Israel le negara el visado por las decisiones adoptadas en el Ayuntamiento contra ese país, entre ellas la prohibición de contratar con empresas relacionadas de cualquier modo con Israel. Salvador Illa se sumó a los ataques. Poco después, la peripecia de la flotilla antijudía de Ada Colau y Greta Thunberg. Y las primeras manifestaciones violentas en la Vuelta a su paso por carreteras catalanas.

Como sucede con el Gobierno, tanto el Ayuntamiento como la Generalidad jalean las posiciones antisemitas. El Ayuntamiento está dispuesto a reclamar que el Tour, que sale de Barcelona el próximo año, vete al equipo israelí. Y la Generalidad acaba de anunciar la apertura de una "embajada" en Jordania para intensificar su política contra Israel.

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