
Ni bueyes ni mulas en los pesebres, ni ovejas en los belenes vivientes, ni camellos en las cabalgatas de Reyes. Un año más, la ley de Bienestar Animal vuelve a irrumpir en las celebraciones navideñas y los animalistas han iniciado una campaña de presión contra los ayuntamientos que mantienen la presencia de animales en actos festivos y animan a los ciudadanos a denunciar este tipo de celebraciones.
La Fundación FAADA ha enviado cartas a 28 municipios de toda España para exigirles que revisen sus fiestas navideñas y apuesten por "alternativas éticas", evitando el uso de animales reales en cabalgatas, belenes vivientes y otras representaciones festivas.
Entre los municipios señalados figuran Málaga, Sevilla, Barcelona, Granada, Pamplona, Valencia, Santander, Alcoy, Ibi, Huelva o El Escorial, además de numerosas localidades de Castilla y León y Andalucía. Según FAADA, todos ellos habrían utilizado animales en eventos navideños el año pasado.
Lo que dice realmente la ley
El foco vuelve a ponerse en el artículo 65 de la ley de Bienestar Animal, una norma que desde su aprobación ha generado confusión y polémica. El texto legal establece que "se prohíbe el uso de animales en exposiciones de belenes, cabalgatas o procesiones en las que se mantenga al animal de forma incompatible con su bienestar, dadas las características propias de su especie, o inmovilizado durante la duración del evento".
Es decir, la ley no prohíbe de forma general la presencia de animales en belenes vivientes o cabalgatas, sino únicamente cuando se dan condiciones incompatibles con su bienestar. En la práctica, la norma permite su uso siempre que los animales dispongan de espacio razonable para moverse y no estén sometidos a situaciones de estrés, inmovilización o maltrato.
Sin embargo, esta matización legal no ha impedido que los colectivos animalistas interpreten la ley como un argumento para erradicar por completo la presencia de animales en las tradiciones navideñas.
Presión política y llamadas a la denuncia
Desde FAADA aseguran haber remitido a cada consistorio una "carta detallada" explicando por qué estas prácticas deberían desaparecer y ser sustituidas por "alternativas artísticas, audiovisuales o interactivas". Entre los argumentos esgrimidos citan el estrés provocado por el ruido, las aglomeraciones y las luces, los riesgos para la seguridad del público y de los propios animales, así como razones éticas, educativas y de salud pública.
Pero la campaña no se queda en la presión institucional. La asociación ha ido un paso más allá y ha pedido abiertamente la colaboración ciudadana para vigilar y denunciar estas celebraciones. FAADA anima a los vecinos a escribir a sus ayuntamientos si tienen constancia de que se van a utilizar animales y, en caso de verlos en cabalgatas u otros actos festivos, a hacer fotos o vídeos y enviarlos directamente a la organización.


