
Desde Podemos hasta ERC. Y, por supuesto, Bildu. Todos los socios del Gobierno de Pedro Sánchez se han sumado contra el aumento de gasto militar. Bildu, de hecho, ha decidido cargar contra un potencial arma estratégica para España: el futuro -y único- submarino moderno con el que debería contar nuestro país, el S-80.
El responsable de iniciar el señalamiento a este submarino ha sido el diputado del partido proertarra Jon Iñarritu. Y ha reclamado del Gobierno información precisa sobre este aparato con el obvio fin de iniciar una campaña de crítica.
Las preguntas de las que reclama respuesta del Gobierno son las siguientes: "¿Cuál ha sido el desglose de gastos del Programa S-80? Es decir, desde que el viernes 27 de julio de 2018, cuando el Consejo de Ministros aprobó ‘una elevación de techos del presupuesto del programa del submarino S-80 en 1.771.703.930,42 euros para su reconducción’ hasta hoy".
Bildu también quiere datos sobre el "porcentaje que se ha destinado a mano de obra" y "qué porcentaje ha ido a parar a empresas, a qué empresas y qué cantidad a cada una de ellas". E, igualmente con un enfoque de gasto, Bildu ha consultado lo siguiente: "¿Qué porcentaje han consumido [de los gastos] las adaptaciones y sustituciones de equipos pensados para los S-80 originales y que con el alargamiento del casco o por el simple paso de los años, han quedado desfasados o debían ser reemplazados?".
Único submarino español moderno
Hay que tener en cuenta que el S-80 debería ser el único submarino español moderno. Y es que, a día de hoy, nuestro país sólo cuenta con dos submarinos procedentes de los años 80.
No se trata de un movimiento aislado ni mucho menos. El Gobierno ha sufrido una fuerte polémica interna y externa desde que decidió poner en marcha su plan de aumento del gasto militar.
Ya en septiembre del pasado año, en plena negociación presupuestaria, el Ministerio de Hacienda negoció mano a mano con varios interlocutores morados; entre ellos, el portavoz económico, Nacho Álvarez, y el director de gabinete de la vicepresidenta segunda, Josep Vendrell, las compensaciones a cambio de sacar adelante el gasto militar.
En el sector socialista tenían claro que se incluiría el aumento del gasto en Defensa prometido por Pedro Sánchez ante la OTAN —hasta alcanzar el 2% del PIB comprometido antes de 2029—. Y, por eso, dedicaron desde el primer día esfuerzos para contentar a sus socios y sacar la ampliación presupuestaria.
El sector socialista, de este modo, hace tiempo que aceptó que incluiría nuevos impuestos y subidas en los existentes siguiendo la pauta de Podemos para limar asperezas. En ese contexto, por ejemplo, se planteó la creación de un nuevo impuesto para los bancos y las energéticas. Lo mismo ocurrió con el denominado por Podemos como "impuesto a los ricos" y con otras medidas como los planes bancarios de trato a los compradores "vulnerables" de casas que dejen de pagar sus hipotecas.

