Los resultados electorales han sido muy malos para los intereses de España, en cambio, bajo el punto de vista independentista, estos han sido muy buenos. A pesar de haber perdido mucha fuerza en el Congreso de los Diputados, de cara a las negociaciones con Pedro Sánchez y Yolanda Díaz ganan fuerza. Podrán pedir, prácticamente, lo que quiera, pues Sánchez y Díaz necesitan los votos afirmativos de todas las fuerzas independentistas para continuar con el Gobierno de coalición.
Sánchez ha dado la opción a fuerzas independentistas de tomar decisiones sobre un Estado del cual quieren su destrucción. Ha gobernado junto con los populistas que él no quería que estuvieran en el Gobierno. El Gobierno Frankenstein que se denominó al Gobierno, ha dejado a España al borde la destrucción.