El presidente del Gobierno se verá con Pere Aragonès a las puertas de la Navidad, el 21 de diciembre. Así se ha difundido desde la Moncloa en lo que se interpreta como un gesto para compensar a ERC por el protagonismo de Junts y su reunión en Suiza con el PSOE y los mediadores secretos. La intención de ambas partes es reiniciar la mesa de diálogo entre gobiernos cuya última reunión fue en julio de 2022, cuando el Gobierno pactó con la Generalidad un plan para el fomento del catalán que en realidad era el apoyo del Ejecutivo a las normas arbitradas por el Govern y los partidos separatistas para impedir la aplicación del 25% de español en la enseñanza obligatoria y reforzar la exclusión del idioma español de la "escola catalana".
La última vez que Sánchez y Aragonès se reunieron fue hace más de año y medio. Y la última vez que se vieron, el pasado enero, durante la cumbre hispano-francesa en la que Aragonès tuvo un papel residual y abandonó el acto antes de que sonara el Himno Nacional. Los cambios de contexto político tras los pactos con de Sánchez con los separatistas han reforzado la posición de ERC y de Junts recrudeciendo las hostilidades entre ambas formaciones. De modo que en la antesala de la reunión del PSOE con Junts en Ginebra, Moncloa y la Generalidad han deslizado el encuentro "institucional" entre Sánchez y Aragonès.
Según el Gobierno, la cita servirá para tratar "cuestiones de interés común". La Generalidad es un poco más ambiciosa en su propósito, ya que quiere que la reunión sirva para reactivar la mesa de negociación. De hecho, en el pacto de investidura del PSOE y ERC se establece la continuidad de dicho "espacio" para abordar la agenda bilateral entre ejecutivos.
La "deuda histórica" y los trenes
Con la proposición de ley de amnistía ya en curso, la Generalidad llevará a la reunión la financiación autonómica y el traspaso de Cercanías, llamado Rodalies en Cataluña. El acuerdo entre socialistas y republicanos prevé la condonación de 15.000 millones de euros de deuda de la administración catalana con el Fondo de Liquidez Autonómica, pero esa cifra ya ha quedado obsoleta. Tanto ERC como Junts plantean el traspaso de todos los impuestos y el cobro de lo que denominan "deuda histórica" y que supera los 450.000 millones de euros contando a partir de 1982 e incluyendo lo que los nacionalistas creen que se debería haber invertido en Cataluña y no se ha invertido. A ello añaden una Seguridad Social catalana y el traspaso de los inmuebles del Estado en la región.
La autodeterminación también figura en la agenda de Aragonès para esa reunión con Sánchez, que además debería servir, según los republicanos, para reanudar una mesa entre gobiernos desde la que sólo se han celebrado hasta el momento cuatro reuniones, la primera de ellas con Quim Torra en febrero de 2020.