
El domingo, cuando se abran las urnas en Galicia, se verá si el sentidiño, la palabra que los gallegos utilizan para denominar el sentido común y el buen hacer, empieza a parecer al seny catalán. Lo que nadie duda en la tierra de las meigas es que el BNG ha hechizado a gran parte del electorado de izquierdas que en las generales votó al PSOE. Queda por ver si es un hechizo temporal o se extiende.
Los socialistas se aferran a un cambio del Gobierno gallego de la mano de un BNG que tendrá su mejor resultado histórico. Al inicio de la campaña, en el PSdeG creían que el techo de los de Pontón iba a ser los 23 asientos pero, durante las últimas semanas, han visto como iba penetrando en sectores que, hasta este momento, eran reacios a los nacionalistas. La quimera de los 25 escaños ya parece alcanzable y no descartan que lo superen con cierta holgura.
La cuestión es hasta dónde puede caer el PSdeG en esta transferencia de votos. Durante el mitin de cierre de campaña, Pedro Sánchez reunió en el Pabellón de Fontiñas de Santiago de Compostela a 1.500 personas. Unos minutos más tarde, Ana Pontón arrancaba a unos metros de allí, en el Mutiusos de Sar, aspirando a más de 6.000. Se quedó en unos 4.000 y la organización del BNG tuvo que tapar algunas gradas para disimularlo. Todo un balón de oxígeno para Ferraz que tampoco quiere hundirse y quedar por debajo de los 10 asientos. "Si hubiesen llegado a 6.000, eso significaría que el BNG estaría cerca de los 30 escaños", afirmaban en el núcleo del partido.
BNG y PSOE, unidos contra el PP
Pedro Sánchez, durante el cierre de campaña, se centraba en dirigirse a ese votante del PSOE que confió en ellos con anterioridad. "Les digo a ese medio millón de gallegos que votaron al PSOE el pasado 23 de julio que el voto útil y las siglas del cambio seguro son las del Partido Socialista", afirmaba Sánchez en un vano intento por retener algunos votos y evitar la sangría hacia un BNG que, como reconocen en la dirección socialista, está "muy fuerte".
En Ferraz ya asumen que el voto joven se volcará con Pontón. También que el BNG les superará con holgura en los grandes núcleos urbanos. El candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, no ha dejado su acta en el Congreso, en previsión de un posible batacazo si no suma con el BNG y el PP consigue mayoría absoluta. Algunos movimientos en las listas pueden interpretarse en clave sucesoria, como la inclusión de la exalcaldesa de Lugo Lara Méndez. Un perfil joven, lucense y con carisma que se aproxima al de Ana Pontón.
Si, por el contrario, el PP pierde la mayoría absoluta y no consiguen el Gobierno, Besteiro podría tener una segunda vida al convertirse en vicepresidente de un Ejecutivo liderado por la nacionalista. Los socialistas han hecho una entente con el BNG en todos los debates televisados. Pontón y Besteiro acudieron sin el candidato popular, Alfonso Rueda, a los que organizó la Cadena Ser y TVE para demostrar sus coincidencias en materia económica y esbozar "una nueva Galicia". En el único debate en el que coincidieron con el actual presidente también cerraron filas frente al PP, con idénticas críticas.
Evitando criticar al BNG
En cambio, el PSOE ha evitado criticar al BNG. Para distanciarse de Pontón, los socialistas han preferido presumir de agenda y contactos con la Moncloa, algo que los nacionalistas no tienen. Ni en los mítines, ni en los debates se ha escuchado una sola palabra sobre aquellas cuestiones más llamativas del programa del BNG como son la derogación del Decreto del Plurilingüismo o que la educación sea "principalmente en lengua gallega".
Ya en el Gobierno bipartito presidido por Emilio Pérez Touriño, una de las cuestiones que más daño les hizo fueron las críticas al "adoctrinamiento" que se daba en las guarderías públicas llamadas "galescolas", donde el gallego era la lengua vehicular y donde se pretendió que los niños de 0 a 3 años aprendiesen el himno autonómico. También, su política favorable a la inmersión lingüística pese a que, no hay que olvidar, el PSdeG tiene sus principales feudos municipales en La Coruña y en Vigo, donde el castellano es predominante. Todo con total de arrebatar al PP uno de sus principales feudos y hacerle un "match ball" a Feijóo.

