Carles Puigdemont, expresidente de la Generalidad catalana y líder sin cargo de Junts per Catalunya (JxCat), acaba de revalidar su puesto al frente del fantasmagórico consell de la república, entidad creada por el propio Puigdemont para intentar erigirse en el referente transversal del independentismo. El proceso electoral en el consell ha revelado que las cifras del censo están infladas. La entidad presumía de tener 103.000 afiliados, aunque con derecho a voto sólo constan 89.970. Y de estos, sólo han votado 8.941, un 9,94%. Y como no podía ser de otra manera, Puigdemont se ha impuesto de calle en unas elecciones internas a las que también se presentaban Jordi Castellà y Lluís Felipe Lorenzo. El prófugo ha obtenido 8.263 votos (92.4%) frente a los 493 (5,5%) de Castellá y los 66 (0,8%) de Lluís Felipe. En blanco se han registrado 119 votos (1,3%).
Castellà se presentaba con la intención de nombrar un gobierno catalán en el extranjero, redactar una constitución y dar un plazo de seis meses al Estado español para reconocer la república catalana. Castellà es concejal en Canet de Mar por una lista local denominada "Millorem (Mejoremos) Canet" y fue fundador de la sección local de ERC. Lluís Felipe Lorenzo es un periodista mallorquín que concurría con la peregrina propuesta de crear un microestado catalán en un barrio de la capital de Argelia donde sostiene que se hablaba catalán. Puigdemont, menos ambicioso que sus contrincantes, sólo ha prometido "mantener vivo el mandado del 1-O".
Puigdemont cree que el consell debe servir para aglutinar a todo el independentismo y facilitar su unidad estratégica. Sin embargo, ERC y también las entidades como la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium se desmarcaron al poco de crearse la organización. El consell es el plan B de Puigdemont, que ha llegado a valorar la posibilidad de convertirlo en una especie de plataforma electoral a su servicio.
En los últimos tiempos este consejo ha sido noticia por la renuncia de Lluís Llach, que se marchó urgiendo a Puigdemont a acabar lo prometido, por votar en contra de las negociaciones de Junts con el PSOE y por el desmantelamiento del "parlamento" por voluntad del prófugo para no rendir cuentas de sus negociaciones con Pedro Sánchez.