El curso político finalizó con una clara demostración de la incapacidad del Gobierno para sacar adelante cualquier iniciativa legislativa al no contar con los votos suficientes en la Cámara Baja.
Una dinámica que se mantendrá en septiembre, con la mirada puesta en el concierto económico para Cataluña que ha prometido el presidente Pedro Sánchez a ERC para alzar a Salvador Illa como presidente de Cataluña. La aritmética es esencial y en este caso, como ya ocurrió con la ley de extranjería o la senda de déficit, los números no dan.
Para materializar el compromiso de Pedro Sánchez con los republicanos, el PSOE debe llevar al Congreso de los Diputados una reforma de la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas y que esta consiga el aval de la mayoría parlamentaria. Sin embargo, algunos de los socios de investidura de Pedro Sánchez ya han manifestado su rechazo a esta reforma que tachan de injusta.
Desde Sumar por ahora no quieren hacer ninguna valoración sobre este asunto pese a que las principales discrepancias provienen de su grupo parlamentario. En el caso de que rechacen este acuerdo, el Gobierno de coalición se vería nuevamente fracturado en una hipotética votación, mientras que si se muestran conformes, Díaz estaría poniendo en un aprieto a sus propios socios ya que habría que ver si sería posible no respetar la disciplina de voto que ordene la vicepresidenta segunda.
Formaciones integradas en el socio minoritario del Gobierno ya se han desmarcado. Izquierda Unida entiende que las "necesidades reales de las personas deben estar por encima del hecho territorial en que se produzcan", por eso abogan por una propuesta solidaria y federal que "evite agitar el fantasma del enfrentamiento entre comunidades autónomas". Un discurso que choca frontalmente con el motivo de rechazo de sus compañeros en el grupo parlamentario de Sumar. Compromis y Chunta Aragonesista, ambos partidos nacionalistas, priorizan sus intereses y a modo de chantaje, ponen encima de la mesa su voto favorable siempre que se mejore la financiación autonómica de la Comunidad Valenciana y Aragón.
La reforma del sistema de financiación, clave para que los republicanos voten a favor de la investidura de Salvador Illa podría también estar amenazada por los 4 votos en contra de Podemos, que tilda este preacuerdo como un "intercambio de cromos". Así se ha expresado el portavoz morado, Pablo Fernández que critica que se esté abordando de una forma "tan rápida" un asunto tan prioritario.
Pedro Sánchez tendrá además que estar pendiente de la decisión que adopten el PNV y Junts, que por el momento miran con recelo esta financiación singular.