España es una democracia basada en una monarquía parlamentaria. Esto es importante tenerlo en la cabeza aunque pueda verse como algo muy obvio. Lo cierto es que el Régimen del 78 tiene muchos enemigos: independentistas, partidos de izquierdas... Todos ellos quieren acabar con La Constitución y con la monarquía.
Acabar con la institución que representa Felipe VI, sería, en simples palabras: acabar con el castillo constitucional. Perder la figura del Rey dejaría a España en una situación política terrible porque tendría que crear otro sistema político.