
La no detención de Carles Puigdemont les está costando cara a los Mossos d'Esquadra. Por un lado, el descrédito y el ridículo, por otro, la enemistad del movimiento independentista, que lejos de agradecer que no se detuviera a su líder carga contra el cuerpo, al que compara con la Brigada Político Social y las brigadas de información del franquismo. El informe remitido por el jefe policial, Eduard Sallent, al magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha soliviantado a la Assemblea Nacional Catalana (ANC), cuya comisión jurídica exige a la consejería de Interior "depurar responsabilidades".
La ANC se siente aludida cuando los Mossos apuntan en su informe al riesgo del "terrorismo nacionalista blanco". "Se consideraba un nivel Moderado de riesgo de atentado por parte del nacionalismo blanco (existía la posibilidad de que se produjera un ataque terrorista, pero era poco probable)", señala el texto en el primer apartado, el de "Consideraciones previas".
Para los letrados de la ANC "es totalmente inaceptable que se parta de una actitud que incrimina a esta entidad de manera injustificada. Se habla de conceptos como supuestas amenazas del "terrorismo nacionalista blanco" que no se sabe a qué se refiere ni con que base de plantea".
También les molesta que el informe señale como un riesgo a los "Colectivos de ultra-izquierda (Marxismo-Leninismo Independentista" que iban a estar presentes en el acto convocado por la ANC. Según los abogados de la organización separatista esto es un "cúmulo de despropósitos y de imputaciones que atribuyen a nuestra entidad una relación con lo denominan 'Marxismo Leninismo Independentista' que se consideran una amenaza alta, consideraciones que no sabemos en qué se basan".
Los Mossos señalaban también en el documento a los Comités de Defensa de la República (CDR), de los que se dice que "en Cataluña actúan diversos actores que comparten postulados independentistas y que aceptan el uso de la violencia para conseguir sus objetivos". El riesgo de que dichos "actores" actuaran en contra de la investidura de Salvador Illa era "alto", según dicho informe.
La ANC sostiene que "el lenguaje, la manera con qué se expresa, la tergiversación de los hechos y la actitud incriminatoria que se manifiesta contra nuestra organización y otras es más propia de la Brigada Político Social y las Brigadas de Información de la policía franquista que de una policía democrática al servicio de las instituciones y del pueblo de Cataluña". Y también se reprocha el uso del gas pimienta contra manifestantes que ejercieron una "resistencia física pasiva".
Tres agentes expedientados
En paralelo, la suspensión de empleo y sueldo de los tres agentes de los Mossos que ayudaron a Puigdemont a fugarse también ha molestado a los independentistas. El expresidente de Quim Torra había llegado a exigir la inmediata liberación de uno de ellos, detenido por los propios Mossos, ya que es uno de sus escoltas. Pues bien, El Mundo informa este lunes de que este y otros dos agentes están siendo sometidos a un expediente disciplinario que pasa por la suspensión de empleo y sueldo, la retirada de la placa y el arma reglamentaria y la prohibición de entrar en dependencias de los Mossos sin permiso hasta que se determine su grado de responsabilidad y culpabilidad en los hechos.
La medida ha sido asumida por el todavía director general de los Mossos, Pere Ferrer, que está a punto de ser sustituido por Josep Lluís Trapero.


