
Para ser un auténtico animal político hay que estar dotado de olfato. Un instinto casi animal. Pedro Sánchez, rebautizado ya por sus acólitos como "Perro", lo tiene cual can sabueso adiestrado para la caza política.
El líder del PSOE ha jugado en más de una ocasión al filo de la navaja con estrategias que parecían suicidas y con un corto-placismo que sigue asombrando a no pocos en su partido. Su olfato no le ha faltado y la lista de presas es extensa. Ahora, parece que está en su batida más compleja. Cercado por los escándalos de corrupción de su mujer y por la debilidad parlamentaria.
Evitando elecciones
El Gobierno y el PSOE se enfrentan, como si estuviésemos en un circo, al "más difícil todavía". El presidente del Gobierno consiguió armar una mayoría de investidura muy frágil, como se ha demostrado con el paso del tiempo.
En Moncloa y Ferraz saben de su debilidad parlamentaria. La sufren en cada votación al ver como los de Puigdemont se van distanciando. Los socialistas asumen que podrían verse abocados a otra prórroga presupuestaria. En privado quitan hierro a esta situación porque "serían unas cuentas nuestras". El matiz es importante porque, en 2019, tras ver cómo sus cuentas eran tumbadas por ERC, Sánchez adelantó las elecciones.
Ahora el Gobierno marca distancias con ese escenario y ya se blinda para mantenerse en el poder. No quieren un símil con aquella segunda prórroga y de ahí que recalquen que, en esta ocasión, se repetirían unos Presupuestos del PSOE con Unidas Podemos y no unas cuentas elaboradas por Rajoy.
Debilidad a su izquierda
En el PSOE saben que no están ante el panorama más propicio para unas nuevas elecciones. En las encuestas, los socialistas apenas se desgastan e incluso podrían aumentar su representación pero los partidos que están a su izquierda, a excepción de Bildu, se desplomarían.
En Ferraz inquieta la división entre Sumar y Podemos. El partido morado se está haciendo fuerte en la oposición, confrontando con el Gobierno y levantando todas las banderas sociales a Yolanda Díaz. A la vicepresidenta y a sus ministros los ven "difuminados" y sin iniciativa.
La preocupación también se extiende a otras formaciones. En el partido de Sánchez saben que ERC "necesita tiempo" para renovarse. En el horizonte está el congreso del partido separatista, fiel aliado del Ejecutivo a diferencia de Junts. Se sabe que habrá al menos dos candidaturas, la del exlíder Oriol Junqueras y la lista de la diputada Teresa Jordá.
Ferraz no quiere mojarse pero, hasta ahora, la interlocución con Gabriel Rufián ha sido muy positiva. El de Santa Coloma se ha posicionado del lado de Junqueras y, si triunfa la candidatura alternativa, podría ser relevado de la portavocía.
El "concierto catalán" desentona
Poco a poco, el PSOE va reincorporándose tras las vacaciones. Este lunes habrá Ejecutiva en Ferraz en la que "se darán datos" sobre el próximo Congreso federal del partido. Sólo se sabe que Sánchez lo adelantará a Otoño y se celebrará en Sevilla. Tras su celebración, vendrá un reguero de cónclaves autonómicos para renovar al partido.
Aunque lo que más preocupa de las federaciones es la oposición al concierto catalán. Las agrupaciones provinciales tienen 20 días, desde que se convoca el Congreso, para "formular sugerencias al Orden del Día, presentar proposiciones, enmiendas parciales o ponencias alternativas sobre materia de cualquier naturaleza".
Queda por ver si alguna agrupación provincial, como puede ser la de Zaragoza que fue de las más beligerantes contra el concierto catalán en la Ejecutiva del PSOE de Aragón, formulará como "sugerencia" una proposición contra el cupo. Si varias federaciones lo solicitan, podría votarse por parte de los hasta 2.000 delegados que tendría el Congreso del PSOE
¿Cambios en la dirección?
También está por ver si Sánchez aprovecha esta reunión para relevar a algunos de sus máximos colaboradores. Lo que parece claro es que la Ejecutiva se reducirá ya que consideran que la actual está "sobredimensionada".
¿Habrá cambios en la cúpula? Sólo si alguna lo solicita o Sánchez, en un giro sorprendente, decide cambiar. Santos Cerdán, el secretario de organización, que ya ha dejado caer a sus colaboradores que "está cansado" de la sobreexposición de los últimos meses.
Al navarro le ha tocado negociar la investidura de Sánchez con Junts. En sólo unos meses, ha pasado de ser un diputado casi anónimo a ser el blanco de las críticas ciudadanas. En algunos sectores del partido tampoco se olvidan que él fue el que introdujo a Koldo García en Ferraz y el que le ordenó custodiar los avales.
Otros en el partido no se olvidan que llegó a enhebrar un PSOE post-Sánchez, con Óscar Puente como secretario general, si el presidente dimitía tras su "retiro". Pese a todo, el número 3 de Sánchez sigue siendo una persona de máxima confianza del secretario general.
A rearmar el Gobierno
Sánchez también tiene pendiente una crisis de Gobierno para dar salida a Teresa Ribera, que será comisaria Europea. Queda por ver el alcance de esta remodelación pero en el PSOE muchos dan por segura la entrada en el Ejecutivo del portavoz en el Senado, Juan Espadas, para propiciar un relevo al frente del PSOE-A, del que todavía es secretario general.
La favorita para hacerse con el control de la mayor federación socialista sigue siendo María Jesús Montero, vicepresidenta y ministra de Hacienda, pero la negociación del "concierto catalán" podría acabar de quemarle para un relevo en esta comunidad.
En el Ejecutivo también se mantendrá Pilar Alegría. La ministra maña es la favorita de Sánchez para ganar las primarias aragonesas, que se convocarán tras el Congreso del PSOE, pese a la oposición de las agrupaciones de Zaragoza y Teruel.
Ferraz espera repetir con Alegría la misma estrategia que con Diana Morant. La ministra de Ciencia es, en la actualidad, la secretaria general del PSPV. Es decir: crear nuevos liderazgos autonómicos desde el Gobierno central.


