
La concesión del cupo a Cataluña no sólo supone mutar por completo el actual sistema autonómico sin el consenso de los ciudadanos, sino que se llevará a cabo a costa precisamente del bolsillo de todos ellos. Así lo dejó entrever ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando amenazó a las CCAA del PP como Madrid con con subidas de impuestos y nuevos tributos. Todo para compensar el agujero que dejará la salida de los catalanes de la caja común.
En la última semana, el PSOE ha dado un giro argumental al empezar a poner toda la presión sobre la política fiscal de las autonomías del PP. Un claro ejemplo fue la arremetida del presidente del Gobierno durante la apertura del año político. En su discurso, reprendía a "las derechas" por "dedicar los recursos a financiar regalos fiscales a los de arriba".
"De cada diez euros que le da el Gobierno, Madrid ha usado tres para regalos fiscales", ha insistido Sánchez, obviando que las rebajas de impuestos se han hecho en los impuestos que están transferidos. La idea del Gobierno es más impuestos a "las élites" y "los de arriba" pero sin concretar más allá del eslogan de "más transporte público y menos Lamborghini".
Fuentes del Gobierno anuncian que la reforma de la financiación será "de un diseño federal" pero no saben cómo se hará. Ni siquiera descartan que sea mediante una proposición de varios grupos. A favor de eliminar lo que han dado en llamar como "dumping fiscal" de Madrid están Sumar y ERC. Los partidos de izquierda ya han apuntado en más de un ocasión que están a favor de "armonizar" impuestos como el de sucesiones o Patrimonio.
Los de Rufián llegaron a firmar un pre-acuerdo con el Gobierno para "acabar con el paraíso fiscal de Madrid". Hacienda llegó a encargar un informe a un Comité de Expertos que se inclinaba por poner "tasas mínimas" que impidiesen, como sucede en la actualidad, que Sucesiones esté bonificado en Madrid al 99%. Un camino que han seguido en Andalucía. La idea también era la de subir sucesiones.
El PP dará la batalla
Anticipándose a la estrategia del Gobierno, después del discurso pronunciado por el presidente en la apertura del curso político, y de lo dicho por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Senado, el presidente del PP advirtió de que Sánchez "pretende que los españoles vivamos de las sobras de su reparto con el independentismo", en referencia al fondo de compensación que pretende crear el Ejecutivo para silenciar las críticas.
Un "insulto" a ojos de Feijóo, que insistió en acusar a Sánchez de "tener una concepción bananera de las instituciones" y le reprochó en X haber utilizado un acto oficial para atacar a las CCAA del PP, en referencia a Madrid e Isabel Díaz Ayuso, que fueron objeto de dura crítica por parte del presidente. Palabras que respondió el X la propia Ayuso acusando a Sánchez de intentar "justificar el robo que planea a Madrid y la ruptura del modelo territorial a la medida de sus socios secesionistas". La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, advirtió de que el PP "defenderá la autonomía fiscal de las CCAA".
El PP se prepara para la embestida del Gobierno reuniendo a todos los presidentes autonómicos el próximo viernes. Un encuentro del que saldrá una posición común contra el cupo catalán, y que ayer abordó la dirección nacional con los consejeros de Hacienda. Según fuentes del partido, se trata de poner en común cómo afecta a cada región el cupo catalán y el agujero que dejará en las arcas públicas, perjudicando por tanto los servicios públicos como la sanidad o la educación.
Asuntos de los que ha hecho siempre bandera la izquierda, y que se verían sacrificados por el pago que Sánchez debe hacer a ERC a cambio de hacer presidente de Cataluña a Salvador Illa. El argumento empleado por el PP de que la izquierda favorece con el cupo a una región rica, perjudicando a otras más pobres, hace especial daño a los de Pedro Sánchez, de ahí que intenten contrarrestarlo rescatando su habitual batalla contra la bajada de impuestos propiciada por el PP.
El Gobierno lleva tiempo amenazando a Madrid con la "armonización fiscal", que supone imponer un porcentaje mínimo impositivo para, por ejemplo, sucesiones y patrimonio, de forma que no puedan ser bonificados al 99% como ocurre ahora. Se trata, en realidad, de arrebatar competencias autonómicas en materia de impuestos ante lo que llaman dumping fiscal, es decir, una supuesta competencia desleal con otras regiones, de la que se quejan especialmente los independentistas.
Mientras el Gobierno cede a Cataluña más autonomía, concediéndole ahora la recaudación del 100% de los impuestos, aspira a arrebatar competencias al resto de CCAA acusándolas de pedir una mejora de la financiación mientras bajan impuestos, supuestamente, a los ricos. Ningún reproche, sin embargo, al gasto que el gobierno catalán destina a todo lo relacionado con la independencia y que dificulta poder competir fiscalmente con Madrid bajando impuestos.
