La sesión de control al Gobierno se preveía muy descafeinada, dada la ausencia de Pedro Sánchez, de viaje oficial en Finlandia. Sin embargo, la resaca del 8-M ha provocado momentos de tensión en el Congreso de los Diputados cuando la diputada del PP, Ester Muñoz, le ha reprochado a la vicepresidenta Yolanda Díaz su hipocresía por pretender defender el feminismo mientras tapa escándalos sexuales en sus filas.
"Son el único Gobierno que ha sacado violadores a la calle y ha contratado prostitutas en empresas públicas", comenzaba diciéndole la también vicesecretaria del PP, que "de mujer a mujer" le reprochaba a Díaz "permitir que usen su condición de mujer para blanquear el machismo", recordándole el caso Errejón o Ábalos.
Díaz se revolvía, visiblemente agitada, hasta el punto de ni siquiera dirigirse a ella para responder a su pregunta y hacerlo, en su lugar, a Alberto Núñez Feijóo, aprovechando que no podía responderle y que la diputada había utilizado ya su turno de réplica y, por tanto, no podía ya interpelarla. "Si estuviera aquí Ana Pastor estaría horrorizada escuchando la señora Muñoz", decía, provocando un gran revuelo en la Cámara, hasta el punto de que la sesión se ha interrumpido durante dos minutos.
La presidenta de las Cortes, Francina Armengol, llamaba al orden a la bancada popular, cuyos diputados no salían de su asombro ante la jugarreta de Díaz, que optaba por interactuar con los diputados varones del PP en lugar de hacerlo con una mujer. La vicepresidenta, finalmente, concluía su intervención recomendando a Feijóo leer el libro Los hombres me explican cosas de Rebecca Solnit, sugiriendo que el líder del PP es un machista, después de que ella hubiera intentado ningunear a la diputada dirigiéndose a los dirigentes varones de la oposición.
La resaca del 8-M más deslucido
El rifirrafe se produce apenas unos días después de que haya tenido lugar la manifestación del 8-M menos multitudinaria de la historia, por la lluvia y los escándalos que afectan a la izquierda, provocando que la líder de Sumar vea más erosionada todavía su imagen en plena caída en las encuestas.
Días después de que saltara el caso Errejón, Díaz evidenció un sinfín de contradicciones alrededor de las acusaciones contra su exportavoz parlamentario. Llegó a admitir ser conocedora de la primera denuncia por violencia sexual contra Íñigo Errejón, la de los tocamientos sexuales a una mujer en un festival de Castellón, revelando que nunca le preguntó por ello, desprestigiando la voz de la presunta víctima.
La autocrítica ha brillado por su ausencia en Sumar, que acudió a la manifestación del Día de la Mujer bajo el lema 'Más feminismo para vivir mejor' frente a "los que han tomado la bandera del odio a las mujeres", como sostuvo Díaz durante la marcha de la Comisión 8M en Madrid. Al igual que Podemos con el caso Monedero, Sumar siempre ha defendido su actuación con Errejón, pese a reconocer que sus mecanismos de detección "fallaron".
