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Nervios en el Gobierno ante las presiones de Puigdemont

Maite Loureiro, corresponsal política en Congreso, analiza la reciente sesión de control al Gobierno y las promesas de Sánchez a sus socios.

Maite Loureiro, corresponsal política en Congreso, analiza la reciente sesión de control al Gobierno y las promesas de Sánchez a sus socios.

El presidente del Gobierno ha dejado más patente que nunca a quién debe su cargo: Carles Puigdemont. Después de acordar con Junts el uso del catalán en todas las empresas españolas de más de 250 empleados, Pedro Sánchez ha prometido a Míriam Nogueras que "seguirán la hoja de ruta acordada con su partido" después de que ésta le advirtiera si "cree que va a poder seguir gobernando".

Casi susurrando al responder a la portavoz de Junts, Sánchez ha admitido que todavía "nos queda trabajo por hacer pero lo estamos haciendo" para cumplir con los compromisos adquiridos con Junts, en especial los referidos a las lenguas cooficiales, ya que siguen sin ser admitidas en la UE, y ha avanzado: "Espero que la amnistía se pueda aplicar a todas esas personas que se vieron implicadas en los hechos de 2017", ha dicho, en referencia a Puigdemont.

Una clara injerencia política en plena deliberación del Tribunal Constitucional presidido por Cándido Conde-Pumpido, que todavía no ha emitido fallo sobre el recurso presentado por el prófugo de la Justicia para que se le aplique la Ley de Amnistía. El temor de los separatistas es que el fallo no llegue en los próximos meses, y Pumpido deje su cargo en el TC a finales de este año.

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