
Alberto Núñez Feijóo pronunció este martes desde Barcelona su discurso más combativo contra la inmigración ilegal, repleto de referencias identitarias para presentar la última medida de su Plan migratorio: el endurecimiento de los requisitos para conceder la nacionalidad española. "La nacionalidad española es un reconocimiento, no puede ser un trámite"; "no se regala, se merece", proclamó.
La primera ministra italiana, Georgia Meloni, protagonizó el pasado mes de septiembre un discurso muy similar, que se hizo viral rápidamente, en el que defendió que "la ciudadanía italiana no se regala, debes sudarla, debes merecerla"; "la ciudadanía no es un derecho, es un premio", añadió. Un premio a quienes "respetan nuestras reglas, nuestras leyes y nuestra identidad", remató.
El presidente del PP también defendió que "ser español no es sólo vivir en España, es participar de un proyecto común, compartir una historia, unos valores y un destino, es sentirse parte de algo más grande que uno mismo, es compartir una herencia universal", lo que enlaza con su propuesta de priorizar la inmigración de origen hispano frente a la que proviene de países musulmanes.
La coincidencia entre Feijóo y Meloni no se limita a la dialéctica. El presidente del PP se reunió con la primera ministra italiana hace un año y elogió su política migratoria por los buenos resultados, ya que logró reducir la llegada de inmigrantes en 2024 un 60%, con respecto a 2023. La firma de acuerdos con Túnez o Libia para frenar las salidas de inmigrantes, además de la construcción de centros de acogida en Albania, han sido claves.
Su duro mensaje contra la inmigración ilegal es en parte disuasorio para las mafias que trafican con personas y que optan por otros países donde la acogida es más fácil para trasladarles. El hecho de que Meloni lo combine, además, con medidas pragmáticas, ha permitido a la primera ministra italiana ser referente europeo en esta materia, incluso para la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.
Mensaje a las clases medias
El objetivo del PP es trasladar la idea de que España "no es sólo un país de oportunidades, lo es también de obligaciones". Un mensaje que dirigen, especialmente, a las clases medias asfixiadas a impuestos, con dificultades en el trabajo o la vivienda y que sufren un déficit de servicios públicos y ven cómo inmigrantes ilegales viven a costa del erario público sin haber contribuido.
A este sector de la población se dirigirá con mayor frecuencia el partido de Feijóo, tanto con medidas económicas, como de carácter social, incluidas las referidas a la inmigración. "El que no nos elija por la amnistía o la ley del sólo sí es sí que lo haga porque vamos a implantar una política migratoria firme, que exigen incluso los votantes socialistas". "No competimos con Vox, lo hacemos con el PSOE", destacan fuentes de la dirección del PP.
A por el llamado ‘voto obrero’
En este sentido, recuerdan que incluso el 60% de los votantes socialistas piden el endurecimiento de las políticas migratorias. El PSOE, de hecho, no ha entrado a valorar las medidas concretas del PP, se ha limitado a acusarlos de xenofobia. "El PSOE está atrapado por Sumar, no puede endurecer su discurso como hacen sus homólogos en Dinamarca o Reino Unido", destacan en las filas populares.
El viraje hacia posiciones más duras en esta materia se ha producido en toda Europa ante la creciente preocupación de los ciudadanos por este asunto y su preferencia por posiciones políticas más radicales. La competencia de la derecha tradicional con la nueva derecha es también determinante, dado el aumento de la influencia de esta última en países como Francia o Alemania.


