En las últimas semanas un par de encuestas de empresas privadas –no hablamos del despropósito del CIS– habían sacudido el tablero demoscópico pronosticando un empate técnico entre el PP y el PSOE. Sin embargo, ese resultado, que algunos poníamos ya en cuarentena, ha sido desmentido en los dos últimos días por una batería de sondeos que apuntan un resultado muy diferente.
Han sido cuatro encuestas, publicadas por cuatro medios diferentes dos de tendencia más conservadora y dos claramente de izquierdas: El Mundo y El Español por un lado y laSexta y El País del otro. Y, lo más importante: hay notables coincidencias entre las cuatro y datos realmente parecidos entre tres de ellas.
El PP sería para todas el partido más votado, con una diferencia sólida respecto al PSOE y Vox no sólo sigue en tercera posición sino que mantiene una trayectoria ascendente que lo lleva a estar en máximos.
Las claves
Probablemente la clave más importante que se puede extraer de esta batería de encuestas es que la corrupción y los escándalos de abusos han vuelto a colocar al PSOE en una senda claramente descendente.
El movimiento no es tan abrupto, al menos de momento, como el descalabro que sufrieron los socialistas con la entrada en prisión de Cerdán, pero corta una racha de varios meses en la que las encuestas estaban señalando una recuperación del PSOE.
Los últimos escándalos, sin embargo hacen que el PSOE descienda incluso un punto en alguno de estos sondeos, dejando claro que a partir de ahora los de Sánchez están a merced de lo que ocurra en los juzgados… y de lo que pueda destaparse en el me too que algunas mujeres socialistas parecen dispuestas a desatar.
Y todo, además, sin mayoría en el Congreso y, por tanto, sin posibilidad de aprobar ya no unos presupuestos sino casi cualquier ley, es decir, sin poder poner el foco sobre una agenda legislativa o presumir de alguna medida. Lo cierto es que las cosas pintan muy mal para el PSOE.
El PP sigue de capa caída
Mientras tanto el PP no acaba de aprovecharse de la situación dramática de su gran rival y, al contrario, los de Feijóo languidecen poco a poco: cada oleada de sondeos les coloca unas décimas por debajo de la anterior.
La situación no es desesperada, pero sí preocupante: las dudas, la falta de concreción y en ocasiones de arrojo parece que está desangrando lentamente al PP, mientras los socialistas no acaban de hundirse y Vox está en un momento dulce.
El crecimiento de Vox es, obviamente, la otra gran clave de estos sondeos: las cuatro empresas demoscópicas ubican a los de Abascal en el máximo de su serie de encuestas, con una horquilla que va desde casi el 17% a estar incluso en el 18,5%.
Así, aunque el PP no esté en su mejor momento la suma de ambos partidos supondría una mayoría más que absoluta: de las dos encuestas que se atreven a hacer proyección de escaños una la coloca en 200 diputados y la otra en 204, siendo en ambos casos el récord histórico. De hecho, de llegar a confirmarse sería también el récord histórico de la derecha española que nunca, ni siendo un partido ni siendo dos, ha llegado a una cota semejante.

