
Pilar Alegría y Paco Salazar son viejos conocidos. Y, de hecho, Alegría ha tenido desde hace tiempo información y cercanía a Salazar. Tanta, que la primera -por parte de la candidatura de Susana Díaz- y el segundo -por la de Pedro Sánchez- tuvieron que negociar las condiciones de las primarias de 2017 en pleno escándalo por los ingresos y donaciones conseguidos por Sánchez por medio de la muy polémica fundación Bancal de Rosas.
Pilar Alegría conocía la increíble evolución de los ingresos de la candidatura de Sánchez. Y Salazar aún más, básicamente porque Bancal de Rosas fue la fundación que crearon para recibir fondos y donaciones y disparó todas las alertas en el propio PSOE. Una fundación que la propia candidatura argumentó que nacía aprovechando un "vacío legal".
Era marzo de 2017. El choque era obvio entre las candidaturas que se preparaban para la carrera por el control del PSOE. Y el cruce de acusaciones también. El equipo de la candidatura de Pedro Sánchez, donde mandaban con especial fuerza Santos Cerdán y Paco Salazar, no aceptó el sistema de financiación propuesto por la Gestora creada para el proceso. Y anunció que mantenía su crowdfunding -el sistema de captación de fondos y donaciones por medio de pequeñas cuantías-. Se trataba justo del esquema que disparó las alertas en el PSOE por la posibilidad de colar donaciones extrañas en la candidatura de Sánchez. Y la sospecha recaía ya sobre posibles donaciones procedentes del negocio de prostíbulos y saunas del padre de Begoña Gómez.
La candidatura de Sánchez sí aceptó el ofrecimiento de Ferraz de revisar el censo de militantes para subsanar las dudas que existían sobre la afiliación de militantes. Y es que los sanchistas insinuaban que la candidatura de Susana Díaz había tirado del recurso de colar militantes de forma urgente para ganar apoyos.
En Ferraz, y a petición de la Gestora, se reunieron representantes de los tres candidatos a la Secretaría General del PSOE –Patxi López, Pedro Sánchez y Susana Díaz- para buscar una tregua y cerrar unas condiciones mínimas en las primarias que evitaran que el partido saltara por los aires entre acusaciones cruzadas.
La Gestora planteó la propuesta de que las tres candidaturas se financiaran por medio de una cuenta bancaria, en la que el PSOE también fuera titular. El plan fue aplaudido por el equipo de Susana Díaz, temeroso de la lluvia de ingresos de los de Sánchez. También recibió el aplauso de los de Patxi López. Pero la oposición frontal llegó de Pedro Sánchez, Santos Cerdán y Paco Salazar. Y es que sabían que eso suponía perder la privacidad sobre el origen de sus ingresos.
"Vacío legal y reglamentario"
Andrés Perelló, responsable jurídico del equipo de Sánchez, explicó que existía un "vacío legal y reglamentario" que les permitía seguir con su fundación Bancal de Rosas. Defendió que no se podía suspender la campaña de crowdfunding -donde llevaban recaudados ya más de 86.000 euros- hasta que no se convocaran oficialmente las primarias y que sería entonces cuando se someterían a la normativa del partido.
Los sanchistas pasaron al ataque para defenderse. Y expresaron sus dudas sobre el censo y la situación de las afiliaciones, motivo por el que exigieron una comisión para controlar el censo. Santos Cerdán, encargado de Organización del equipo de Sánchez, se ofreció a colaborar para zanjar el choque.
Y la reunión de pacificación llegó. Por parte de la candidatura de Susana Díaz participaron los secretarios de Organización del PSOE en Andalucía, Juan Cornejo, y su homóloga en Aragón, la también consejera de Innovación del Gobierno autonómico, Pilar Alegría, quien llegó a afirmar que "no es cuestión de debates sino de cumplir la ley" en materia de financiación. Traducido, que Alegría sospechaba, cuando menos, de irregularidades en el sistema de ingresos de Sánchez.
¿Y quién estaba en la reunión por el resto de candidaturas y asistentes? Por parte de la Gestora, el portavoz y encargado de Organización, Mario Jiménez, y su adjunta, Laura Seara; así como el abogado de Ferraz Álvaro Sánchez y Goyo Martínez. Óscar López y el exconsejero vasco Rodolfo Ares asistieron en representación de Patxi López; y Santos Cerdán y Francisco José Salazar por parte de Sánchez. Todos ellos negociaron. Y llegaron a un armisticio tras, obviamente, desvelar entre ellos lo que cada uno sabía del resto.

