A lo largo de los años ha sido muy(+)

fácil hacerse una composición de lugar acerca del déficit y de la ruina económica de la
autonomía catalana. Se veía venir, estaba cantado. Y ahora estos irresponsables de
repetición, que se burlan del dinero público que aportamos todos, van y piden más de
seis mil millones (un billón de las antiguas pesetas) al actual gobierno, y éste va y se las
da creyéndose que así se va solapando la maldad que rodea a todos estos nazionalistas
empecinados. El resto de la sociedad española en gran medida pasa olímpicamente, pero
ojo con lo que entre todos vamos a tener que seguir aportándoles a esta manada de
manirrotos para que sigan burlándose de todos. Pero como decía una de sus amiguitas
socialistas (no se olvide que entre los dos formaron hace años el socialismo-
nacionalista, o sea, el nacionalsocialismo terrorífico) hace unos años, el dinero público
no es de nadie. Y lo que nos queda.