Río 2016 un año después: del sueño olímpico al abandono absoluto
Los Juegos Olímpicos son uno de los mayores eventos deportivos que se celebran a nivel global, que acaparan la atención de millones de personas y miles de medios de comunicación de todo el mundo. Este gran acontecimiento requiere un esfuerzo económico desorbitado en infraestructuras deportivas, que son utilizadas durante el desarrollo del evento, pero que al finalizar su futuro es incierto. Río 2016 no es diferente al resto. Un año después de la celebración deportiva muchas de sus infraestructuras se encuentran en un estado de abandono y deterioro.
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Vista aérea de las instalaciones de Río 2016, un año después.
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Vista general del Parque Olímpico, en Río de Janeiro (Brasil). Hace apenas un año, Río fue el epicentro del mundo con la disputa de los Juegos Olímpicos de verano, que culminaban un período de 5 años en los que Brasil organizó eventos que acapararon toda la atención mundial. Doce meses después, la situación de la ciudad más famosa de Brasil es totalmente opuesta: con el estado arruinado, los índices de violencia se han disparado, las instalaciones olímpicas están en completo desuso.
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La terminal de autobuses, cerca del parque Olímpico.
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El abandono y la sensación de ciudad sin vida en los edificios de la villa olímpica.
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El X-Park situado en el parque olímpico Deodoro.
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Vista aérea del varias canchas de ténis, abandonadas en el Parque Olímpico de Río de Janeiro.
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El velódromo, con una parte de la cubierta quemada por un incendio.
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Una vista aérea de la villa olímpica, lugar de residencia de los deportistas durante el evento. Hoy es un barrio sin vida.
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Otra vista del parque olímpico de Río de Janeiro.
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Vista exterior del estadio de Maracaná en Río de Janeiro. Un año después de la inauguración de los Juegos.
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