Marjorie Taylor Greene ha anunciado que dimite. ¿Y quién es esta señora?, se preguntarán con toda razón. Pues ha sido, desde que fue elegida en 2020, como el reflejo especular en la derecha de los congresistas más extremistas que están en la extrema izquierda, como Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, etcétera.
No se trata solo de ideologías; esta señora, esencialmente, se ha sumado a las teorías más absurdas que han circulado entre la derecha estadounidense y en parte también entre la izquierda. Está convencida de que el 11-S fue una gran conspiración interna, considera que "ellos" controlan el clima —no está muy claro quiénes son "ellos", pero en todo caso controlan el clima—, y por supuesto es antivacunas absoluta. Llega incluso a decir que las mascarillas eran como las estrellas de David que los nazis obligaron a llevar a los judíos.
Un ascenso basado en el apoyo a Trump
Cualquier barbaridad que se les pueda ocurrir, ella se la cree. Pudo conseguir su escaño porque está en un distrito que vota a quien se presente por el Partido Republicano sí o sí. Ganó las primarias a base de ser la más extremista de todos, en un distrito donde eso se premia, y su popularidad se debe también a su gran apoyo a Trump. Sin embargo, en los últimos meses se ha separado bastante de él, muy en línea con la guerra civil en la derecha entre gente como Tucker Carlson, Candace Owens, Marjorie Taylor Greene contra todos los demás, incluyendo al propio Trump.
Así que, en los últimos meses se ha pasado al campo que culpa de casi todo lo malo que sucede en EEEUU a conspiraciones de judíos e israelíes. Entre otras cosas se opuso al breve y exitosos ataque a Irán y también empezó a votar en contra de las iniciativas del presidente en el Congreso, hasta que, hace un par de semanas, Donald Trump se declaró esencialmente hasta las narices, la llamó traidora y loca —en esto último, desde luego, no se puede decir que anduviese equivocado— y básicamente dijo que apoyaría a cualquier candidato que se enfrentara a ella en las primarias. Dándose cuenta de que no iba a poder enfrentarse al presidente, Marjorie Taylor Greene empezó primero a hacer un tour por medios de izquierda, donde la trataron estupendamente, pese a seguir teniendo todas estas ideas completamente absurdas, extravagantes y de extrema derecha. ¿Por qué? Pues porque estaba en contra del presidente Trump, y al final, todos los que están en contra del presidente Trump tienen una recepción amistosa en los medios de masas de Estados Unidos.
Dimite, pero espera a cobrar la pensión
Pero se ha dado cuenta de que no iba a poder mantenerse en el cargo después de las elecciones de mitad de mandato, que serán en noviembre del año que viene, y ha dicho que dimite. Eso sí, ha dicho que dimite no ahora, sino el 5 de enero. ¿Y por qué? ¿Por qué no se va ya? Pues porque el 5 de enero habrán pasado cinco años desde que fue elegida por primera vez y, por lo tanto, tendrá derecho a una pensión del gobierno.
Está claro que esta señora, no estando sobrada de entendederas, al menos le llegan como para no renunciar a este tipo de regalías, que quien sabe dónde estará en dos meses; la vida es muy difícil. Habrá que ver no solo si el futuro le depara algo a Taylor Greene, que durante un tiempo incluso se rumoreó que podía presentarse a senadora por Georgia, donde iba a perder de todas si conseguía la nominación. Habrá que ver si se dedica a hacer un podcast al estilo Nick Fuentes o simplemente desaparece, como ojalá sea, de la vida pública, porque la verdad es que ella, Matt Gaetz y algunos otros congresistas eran, francamente, no solo bastante insoportables, sino que respondían a la caricatura que muchos hacen de Trump, del movimiento MAGA y de los conservadores en general. No la echaremos de menos.



