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Las excusas de Scholz para no mandar tanques a Ucrania: "¿De qué tiene miedo?"

El canciller agita el miedo a la Tercera Guerra Mundial para justificar el no envío de armamento pesado a Alemania.

El canciller alemán, Olaf Scholz | EFE

Asediado por un vendaval de críticas por parte de Ucrania, de la oposición e incluso de sus propios socios de gobierno, el canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, ha concedido este viernes una extensa entrevista a uno de los medios de cabecera de su partido, Der Spiegel, para tratar de justificar la decisión de no enviar tanques al Ejército ucraniano.

Al preguntarle el periodista "a qué tiene miedo", el canciller contesta que "no se trata de miedo, sino de responsabilidad política". "Un cierre del espacio aéreo, como también se pidió, habría metido a la OTAN en la guerra. Yo voy a hacer todo lo posible para evitar una confrontación directa entre la OTAN y una potencia nuclear como Rusia. Haré todo para evitar una escalada del conflicto que podría llevar a una tercera guerra mundial, no debe producirse una guerra nuclear", afirma.

Con estas palabras, Scholz retomaba una de las excusas aducidas en los últimos días por miembros de su partido para justificar que Alemania no se implique más en la guerra contra Putin enviando armamento pesado. Un viejo dirigente del SPD, el exministro de Exteriores Sigmar Gabriel, también aludió a una posible "escalada" del conflicto para rebatir las críticas del embajador ucraniano en Berlín, cada vez más crítico y duro con el socialismo alemán por sus reticencias a enviar este tipo de armas y por su rechazo a renunciar al gas ruso.

En la entrevista, Scholz es interrogado sobre si existe algún motivo oculto por el que el SPD está empeñado en no enviar armamento pesado. Preguntado directamente sobre si tiene la confirmación de que el envío de tanques llevaría a una respuesta inmediata de Rusia, Scholz alega que no hay un "manual de instrucciones" para esta situación que diga en qué punto se desataría una guerra: "Este libro se escribe a diario"; por eso, apunta, "es importante reflexionar con cuidado cada paso que se da" y hacerlo de acuerdo con los socios. "Mi prioridad es evitar un conflicto directo con la OTAN", insiste, por eso, dice, no se deja llevar por las críticas. "Las consecuencias de un error podrían ser dramáticas", insiste.

Esta no es la única excusa lanzada por el gobierno alemán. Durante días, el propio Scholz, varios miembros del gobierno e incluso altos mandos del Ejército alemán han esgrimido como argumento que donar a Ucrania determinado equipamiento militar podría poner en riesgo la propia capacidad de defensa del Ejército para proteger el país y cumplir sus compromisos con la OTAN. Este miércoles, la ministra de Defensa, Christine Lambrecht (SPD), aseguró en una entrevista en televisión que la situación del Ejército sería tan calamitosa, en alusión a los años sin apenas inversión, que "no podemos dar más armamento si queremos estar listos la defensa nacional". "Cada aportación debilita, el Ejército está al límite", sostuvo.

Crece la tensión entre Ucrania y el "malvado" socialismo alemán

También se ha alegado que Ucrania necesita material de origen soviético para que pueda ser utilizado por las tropas del país de inmediato, en lugar de otro armamento que necesitaría de una formación previa antes de su uso. Ese sería el motivo de que Alemania esté sopesando empujar a países del este como Eslovenia a ceder su propio material soviético a cambio de apoyo económico para renovar su ejército. Scholz, en la entrevista, defiende una y otra vez que el aporte militar de Alemania hasta ahora ha sido muy importante, que seguirá enviando el material que sea posible y que supuso "un cambio muy profundo" el hecho de que se mandara material defensivo a Ucrania tras la invasión. "En esta situación se necesita cabeza fría y decisiones muy meditadas", sostiene.

Hasta ahora, Alemania ha enviado cohetes antitanque de la reserva del Ejército, 500 misiles antiáreos Stinger, vehículos y munición y también ha aumentado las partidas económicas para que Kiev pueda adquirir armas. Desde Ucrania se viene pidiendo mucho más desde hace semanas. De hecho, antes del comienzo de la invasión, Ucrania envió una lista con peticiones de armamento al Gobierno alemán, rechazada en su día. Después, el embajador ucraniano en Berlín aseguró que la industria de Defensa alemana había pasado un informe al Ejecutivo afirmando que era posible cumplir las peticiones de Kiev. El gobierno ucraniano sigue reclamando armamento como vehículos de combate de infantería Marder y obuses autopropulsados PhZ 2000.

Seguirá comprando gas ruso

Mientras se agudiza el debate sobre las armas, también están aumentando las críticas a los "errores del pasado" de los políticos alemanes con Rusia que cada vez más dirigentes reconocen. Scholz insiste en presentar como impensable un embargo del gas ruso porque tendría "terribles consecuencias para nuestro país, para toda Europa" e incluso, alega, para "la futura reconstrucción de Ucrania". Argumenta, además, que un embargo del gas ruso "no serviría en absoluto para parar esta guerra". "Si Putin hubiera tenido en cuenta los argumentos económicos jamás habría comenzado este conflicto sin sentido", apunta. En la entrevista, habla de "millones de empleos perdidos en Alemania" si se cortara el gas y quiebra de múltiples empresas, "que nunca se recuperarían".

Preguntado una y otra vez sobre los lazos con el Kremlin de los gobiernos alemanes que siguieron adelante incluso tras la invasión de Crimea, Scholz sólo admite como error no haber diversificado antes las fuentes de energía alemanas, tal y como ahora intenta acometer su gobierno con las energías verdes y el gas licuado procedente de otros países.

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