
"Desde el sábado por la tarde ha sido imposible hablar con Vitaly, ni por WhatsApp, ni por teléfono. Los rusos han cortado toda comunicación con Jersón, aislando por completo a los ciudadanos", nos advertía al inicio de la semana Julio Suárez, el empresario español con un hijo atrapado en esta ciudad del sur de Ucrania que los rusos consideran estratégica por su industria naval y por su cercanía a Crimea.
Afortunadamente, tres días después, Vitaly consiguió salir al extrarradio y enviar un breve mensaje a su familia para confirmarles que está bien, pero que "la señal no permite llamadas". Tras tomar la ciudad, el ejército ruso ha cortado los cables de fibra óptica y se ha encargado de bloquear los servicios de telefonía móvil de los principales proveedores ucranianos. No en vano, el empresario nos facilita las fotografías que su propio hijo le ha enviado estos días, en las que se puede ver a numerosos ciudadanos agolpados en los pocos lugares en los que todavía se encuentra algo de cobertura.
Desinformación y referéndum
La decisión de Moscú no es baladí, sino que, tal y como advierte Julio Suárez, responde a una estrategia perfectamente estudiada para tratar de persuadir a los habitantes de Jersón de que lo mejor es rendirse y votar a favor de integrarse en la Federación Rusa. "El corte de las comunicaciones es un paso previo al referéndum, aislando a la población para sembrar desinformación e incertidumbre", alerta Julio, que asegura que la intención de Putin es celebrar la consulta lo antes posible.
El ejército ruso confía en que la falta de información, sumada a los incesantes bombardeos nocturnos, acaben por descolocar a los ciudadanos, de tal modo que no sepan realmente cómo avanza la invasión de Ucrania y se dejen llevar por sus propios temores. A este objetivo contribuye el cierre de todos los medios de comunicación independientes de Jersón, así como el bloqueo de la televisión ucraniana, que ha sido sustituida por los habituales canales de propaganda rusos.
La imposición del rublo
Por si esto fuera poco, el ejército de Moscú ha cerrado los bancos ucranianos y, desde el 1 de mayo, el rublo ya circula por la ciudad. Según Kirill Stremousov, vicepresidente de la nueva administración rusa que ha tomado Jersón, la transición monetaria durará de cuatro a cinco meses. Después, la hryvnia —la moneda ucraniana en uso desde 1996— se convertirá en "papel mojado".
Según denuncia Julio, el cierre de los bancos es "una maniobra para que los pensionistas no cobren su pensión y asfixiarlos económicamente para que entreguen el pasaporte ucraniano con objeto de que otra persona vote en el referéndum por ellos, a favor de los rusos, o bien como medida para obligarlos a votar a favor de la Federación Rusa, al igual que ya hicieron en el Donbas en 2014".
Una "catástrofe humanitaria"
Mientras tanto, el Ministerio de Exteriores asegura que la ciudad se encuentra al borde de la "catástrofe humanitaria", debido al bloqueo ruso. "La ciudad carece críticamente de alimentos y suministros médicos debido al asedio —denunciaba este martes en un comunicado—. Los recién nacidos, que carecen de productos de nutrición e higiene infantil, y los pacientes graves constituyen la población de especial riesgo".
Ciudadanos como Vitaly cogen el coche cada día para buscar productos básicos que llevar a la gente que más lo necesita y que, por motivos de salud o por falta de medios, no pueden desplazarse para conseguirlos o directamente no pueden pagarlos. Sin embargo, esta tarea cada vez es más complicada. "Hace dos semanas consiguió alimentos en Nikolaev —a 12 horas y media en coche—. Hicieron cuatro viajes con cuatro furgones. Este suministro era de ayuda humanitaria", explica Julio. Sin embargo, "ahora ya queda muy poco de esta ayuda, y es imposible viajar, porque Jersón está totalmente cerrada por los rusos".
El temor a los chechenos
Desde el inicio de la invasión rusa, los ciudadanos de Jersón no han dudado en desafiar al ejército ruso y manifestarse por las calles de la ciudad. Sin embargo, las represalias cada vez son mayores. Este mismo lunes, sin ir más lejos, los soldados abrieron fuego contra manifestantes pacíficos en la plaza de la Libertad, hiriendo un anciano, tal y como informó el Ministerio de Exteriores.
"La situación actual es de mucho miedo. Además de los rusos, ahora también están chechenos, que son gente muy peligrosa: asesinos y violadores... La gente en Jersón tiene mucho miedo", insiste Julio.

