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La falsa Madeleine McCann polaca lanza duras acusaciones contra la medium persa: "Tú me forzaste"

Julia Faustyna ha decidido hacerle frente a Fia Johansson, la detective psíquica en la que confió y que -asegura- se ha provechado de ella.

Julia Faustyna ha decidido hacerle frente a Fia Johansson, la detective psíquica en la que confió y que -asegura- se ha provechado de ella.
Comienza la guerra mediática entre Julia Faustyna y Fia Johansson. | INSTAGRAM

Julia Faustyna sale del agujero y no lo hace en son de paz. Tras el revés de las pruebas de ADN, que descartaron la posibilidad de que pudiera ser Madeleine McCann -la menor desaparecida en El Algarve en 2007-, la joven polaca reaparece en redes sociales bajo el nombre de Julia Wandelt. La primera publicación de su cuenta de Instagram contiene capturas de una conversación de WhatsApp que -según ella- habría mantenido con Fia Johansson, la medium que se sumó a su causa e hizo de portavoz y representante de la chica.

En ella, le reclama una serie de documentos que la detective psíquica se negaría a devolverle. Desde que se dieran a conocer los resultados de los análisis genéticos de Julia, la relación entre ambas -que durante semanas fueron amigas inseparables- ha ido de mal en peor. Conociendo el arranque del perfil, ya podemos imaginar cómo es el resto. La joven llega a acusar a la mujer persa de haberle obligado a firmar documentos a sabiendas de que no entendía su contenido.

"Los documentos que me obligaste a firmar no son legales porque te dije que no entiendo el lenguaje del Derecho en inglés y quería hablar con un abogado polaco", le espeta en el post. "Tu me forzaste", asevera, "sabías que quería volver a casa y trataste de asustarme diciendo que si no firmaba no volvería a Polonia". "Nuca quisiste ayudarme", asegura, "quieres ganar dinero a costa de mi situación". "¿Quién eres tú? Fraude", sentencia.

"Intentaste usarme. Aléjate de mí ahora", exclama. "Dijiste muchas mentiras, cosas malas de mí", señala. "Confié en ti" pero "cometí un error". Ahora le preocupan -dice- todas las víctimas de esta medium de Beverly Hills. "No voy a dejar que intentes destruirme a mí o a otras personas vulnerables como yo", afirma. "Esto no ha terminado", le advierte, "usaré mi voz para ayudarme a mí y a otras personas".

Así que parece que nos queda Julia para rato. Con el sobrenombre de Faustyna, Wendell o Wandelt, eso poco importa. El sueño de la joven polaca siempre fue el de triunfar como cantante y alguna de sus publicaciones parecen indicar que podría volver a intentar que se haga realidad, ya que asegura que la música la ha salvado muchas veces a lo largo de su vida, "desde muy joven".

La historia (mediática) de Julia

El 14 de febrero de 2023, una joven polaca saltaba a la palestra asegurando ser la desaparecida Madeleine McCann. La chica, de 21 años, decidió iniciar una campaña en redes sociales para intentar averiguar si -como pensaba- era la niña británica que fue raptada el 3 de mayo de 2007 en Portugal. Estaba convencida de ello y ansiaba realizarse las pruebas de ADN para demostrarle al mundo que estaba en lo cierto.

El parecido físico entre ambas, así como algunas marcas en el cuerpo coincidentes y un defecto hereditario poco frecuente que ambas tienen en el iris derecho, la impulsaron a buscar "la verdad". Abrió una cuenta de Instagram que superó el millón de seguidores en apenas unos días, pero esto la puso en el ojo del huracán. Le llovieron las críticas, salieron a la luz los pasajes más oscuros de su pasado y hasta -asegura- recibió amenazas de muerte.

Como "un ángel", señaló entonces, salió de la nada la medium persa Fia Johansson. Durante semanas fue su apoyo incondicional y su compañera de viaje. Juntas descubrieron que en la ciudad en la que nació Julia Wendell no había ningún registro en su historial médico hasta los cinco años de edad, lo que les hizo sospechar -más si cabe- que la familia de la joven escondía algo. Su madre no quiso colaborar en ningún momento. Se negó a realizarse las pruebas genéticas y convenció a otros parientes de que tampoco lo hicieran.

Llegaron a pensar que la joven había sido envenenada, o -cuanto menos- anulada con la complicidad del psiquiatra que la trató a raíz de haber sufrido abusos sexuales en su infancia. Hechos que le habrían provocado una amnesia postraumática que le impide recordar prácticamente nada sobre sus primeros años de vida. El psiquiatra le prescribió "35 pastillas diarias" que habría estado tomando "desde los siete años", según su relato.

Uno de los pocos recuerdos que conserva la sitúan "en la playa" con "tortugas y niños" que intentan "cogerlas con sus manos". Algo grabado a fuego en su mente y que le traslada hasta un lugar concreto donde hay "edificios de colores claros" y mucha "luz". Así lo explicó durante una entrevista en la cadena americana Channel 7, flanqueada por su inseparable medium persa y ante la atenta mirada del popular presentador Dr. Phil.

Era inevitable pensar que se pudiera tratar de Praia Da Luz, lugar donde desapareció la pequeña Maddie y que es conocido por los elementos que mencionaba Julia. Su relato, su convencimiento, las coincidencias (incluso relacionadas con un sospechoso pederasta que podría ser quien se llevó a la menor británica) y las lagunas del caso, parecían indicar que existía alguna posibilidad de que fuese la menor británica. Pero las pruebas de ADN lo descartaron.

Los análisis genéticos -realizados por la empresa 23andMe- no dejaron lugar a dudas sobre los orígenes de Julia. Es "casi al cien por cien polaca", anunció Fia Johansson a través de su perfil en Instagram. Tan sólo tiene una "insignificante influencia lituana y rusa". Y no existe "ninguna conexión con raíces británicas o alemanas". Confirman, por tanto, que la procedencia de la joven es de Europa del Este. No es Madeleine McCann.

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