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¿Es Madeleine McCann la niña que el principal sospechoso de su desaparición confiesa haber raptado?

Le contó a un excompañero de celda que estaba en una zona de "hoteles para gente rica", "vio una ventana abierta" y decidió entrar.

Le contó a un excompañero de celda que estaba en una zona de "hoteles para gente rica", "vio una ventana abierta" y decidió entrar.
Christian Brueckner ante el Tribunal Regional de Braunschweig (Alemania). | EFE

"No había dinero, pero encontró una niña y se la llevó", eso es lo que asegura Laurentiu Codin, un excompañero de celda del principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann, Christian Brueckner. El alemán se convirtió en el primer y único imputado del caso en abril de 2022, después de que la justicia de su país lo acusara formalmente en ejecución de una solicitud de cooperación emitida por el Ministerio Público de iPortugal.

Habían pasado quince años desde el día en que se llevaron a la niña -el 3 de mayo de 2007- del apartamento turístico de Praia da Luz en el que dormía junto a sus hermanos (los mellizos Sean y Amelie, de 18 meses), mientras sus padres cenaban en un restaurante cercano con unos amigos. Hecho que puso al matrimonio en el punto de mira de la policía lusa, llegando a convertirse en argüidos. Finalmente, la causa contra ellos se archivó.

Las sospechas sobre Brueckner no tardaron en florecer. Era uno de los pederastas que se encontraban en la zona en aquellas fechas, coincidiendo con el periodo estival. De hecho, en el momento de la desaparición de Maddie vivía a unos tres kilómetros del complejo en el que veraneaban los McCann. Uno de sus antiguos amigos incluso asegura que solía trabajaba como extra en el restaurante en el que Kate y Gerry cenaban cada noche.

Es estos momentos, el pederasta no exclusivo (también tiene a sus espaldas abusos a adultos) está siendo juzgado en Alemania por la comisión de diferentes delitos sexuales que presuntamente habría cometido en sur de Portugal, precisamente en los años anteriores y posteriores a la desaparición de Maddie. Con la declaración de Codin, como testigo de cargo de la acusación, el mediático caso habría dado un nuevo giro inesperado.

Declaración de Codin

El tribunal Tribunal Regional de Braunschweig ha llamado a declarar a Laurentiu Codin, un rumano que fue compañero de celda del alemán en 2019 y que habría contado a la policía lo que sabía sobre los hechos de los que acusan a Brueckner en 2020, ya que -durante sus conversaciones- su compañero en prisión se habría jactado de haber cometido varias violaciones.

En el presente procedimiento se intenta resolver, entre otras, la de una irlandesa de 40 años en 2004. De ahí que Codin haya sido llamado como testigo de nuvo. Su testimonio ayudó a que fuera condenado a siete años de cárcel por la violar en 2005 a una estadounidense de 72 años en Praia da Luz.

Su intervención ha resultado ser reveladora, ya que ha aportado datos desconocidos hasta el momento por la opinión pública. Según asegura Codin, el acusado también le confesó haber raptado a una niña en el Algarve portugués en aquellos años. No recuerda la edad de la pequeña, pero sí que era "muy joven".

Encaja con Maddie

Todo en el marco de una conversación sobre lo que habían hecho para estar en prisión, cada uno de ellos. El pederasta alemán y Codin mantuvieron largas charlas en la época en la que coincidieron en prisión. El rumano dice que Brueckner le contó que se encontraba en una zona de "hoteles para gente rica", "vio una ventana abierta" y decidió "trepar" por la pared para entrar a robar. "Dijo que no había dinero, pero que encontró a una niña y se la llevó", ha relatado.

Brueckner no le habría dicho que se tratara de Madeleine McCann, en ningún momento. Sin embargo, los datos que le facilitó le hacen pensar que se trataba de ella. "Dos horas después, había policías y perros por todos lados", le contó, "y se fue fuera de la zona". También le comentó que había otra persona con él, de la que se separó tras una discusión.

El miedo de Brueckner

Por otra parte, Codin detectó que el alemán tenía un miedo atroz a que la policía encontrara nuevas pruebas que llevaran a los investigadores hasta él. Tanto es así que le habría pedido que quemara su guarida en la fábrica de cajas cuando saliera de prisión. También le dijo que para borrar su rastro "prendió fuego a un auto o que contrató a otra persona para que prendiera fuego a un coche en Portugal", sin especificar el delito cometido".

Un relato que os lleva a pensar en los distintos hallazgos de los investigadores, en relación con el caso Madeleine. En 2020, la policía encontró en Braunschweig, a unos 60 kilómetros de Hannover, un sótano oculto en una parcela que frecuentaba el sospechoso de su desaparición y que estaba próxima al que fuera su domicilio entonces. Llegaron a pensar que el cadáver de la pequeña podía estar allí enterrado.

Pedófilo y pederasta

Los agentes excavaron en el jardín en busca de huesos u otros restos que pudieran pertenecer a la menor desaparecida en 2007. Pero dieron con el zulo, que estaba bajo los cimientos de la construcción. Una especie de cabaña que fue demolida en el año 2008 y que albergaba muñecas, luces con forma de hada y otros enseres infantiles. Por otra parte, bajo los escombros, dieron con los huesos de un perro que había pertenecido a Brueckner y un dispositivo de almacenamiento portátil con material pedófilo. Es decir, más de lo mismo.

En 2016, las autoridades germanas ya encontraron 8.000 imágenes de pornografía infantil en la caravana en la que vivía Brueckner en una antigua fábrica abandonada, junto con grandes cantidades de bañadores de niña en su interior. El hallazgo se produjo en el marco de la investigación por la desaparición de Inga Gehricke. La pequeña, conocida como la Maddie alemana, tenía 5 años y se le perdió el rastro en 2015, a 80 kilómetros del lugar donde el pederasta tenía su guarida secreta.

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