
La madre superiora de la Congregación de las Hermanas del Espíritu Santo de Ariano Irpino (en Campania, al sur de Italia) ha sido arrestada como presunta responsable de la desaparición de objetos de valor en parroquias de su diócesis. Sor Bernardette, de 45 años y origen indonesio, ha sido acusada del robo sistemático de oro y joyas en distintas iglesias de la zona.
La religiosa ha confesado los hechos en dependencias judiciales, aunque lo cierto es que tampoco tenía otra opción. Muchos de los objetos votivos que se habían echado en falta fueron hallados en sus dependencias. Algunos estaban ocultos en el cesto de la ropa sucia, informa el Corriere della Sera. Otros, sencillamente los llevaba puestos.
A sor Bernardette le resultó muy fácil hacerse con el botín, que superaría los 150.000 euros: tenía llaves de las salas en las que se guardaban los objetos de valor de una decena de iglesias de la diócesis de Ariano Irpino-Lacedonia, en la provincia de Avellino. Sustrajo, entre otras, la famosa reliquia de San Nicolás de Bari engastada en un medallón.
En el momento del arresto, la monja había vendido ya parte de los bienes robados a comerciantes locales y se había embolsado 80.000 euros, que había transferido al extranjero. Los que pudieron ser localizados, han sido requisados por los carabinieri. Pero no todo se ha podido recuperar. Parte del oro votivo ya había sido fundido.
Robos sistemáticos
De la investigación realizada hasta el momento, se desprende que la religiosa efectuaba robos de forma sistemática en distintas iglesias de la diócesis y también en la residencia episcopal de Ariano Irpino, de cuya gestión se encargaba.
En estos momentos, sor Bernardette se encuentra bajo arresto domiciliario en la residencia de la comunidad de San Francisco Javier en San Cesario, en la provincia de Roma, a petición de la Fiscalía de Benevento y por decisión del Tribunal de Tivoli.
Conmoción en la diócesis
El obispo de Ariano Irpino, que fue el encargado de presentar la denuncia por la desaparición de piezas de oro votivo y joyas de numerosas parroquias, ha publicado una carta abierta dirigida a los fieles y sacerdotes de la comunidad en la que señala que entiende "el desconcierto y el reproche que despierta la penosa historia".
Monseñor Sergio Melillo asegura que "se sancionará a quien se determine haya cometido los delitos". No obstante, el prelado pide que se respete la presunción de inocencia y destaca el hecho de que acciones individuales como esta "no pueden empañar la imagen y la misión de la Iglesia".

