
Fridolin Ambongo Besungu, de 65 años, es arzobispo de Kinshasa y el único cardenal africano miembro del Consejo de Cardenales, el órgano asesor creado por el papa Francisco en 2013. Nacido en República Democrática del Congo el 24 de enero de 1960, proviene de una familia católica humilde y numerosa. Estudió filosofía y teología en el Congo y más tarde obtuvo una licenciatura en Teología Moral en la Academia Alfonsiana de Roma. Fue ordenado sacerdote en 1988 y pertenece a la orden de los Frailes Menores Capuchinos.
A lo largo de su trayectoria, ha sido profesor, párroco y obispo en varias regiones de su país. Juan Pablo II lo nombró obispo de Bokungu-Ikela en 2004 y Benedicto XVI lo designó administrador apostólico de Kole en 2008. Fue nombrado arzobispo de Kinshasa en 2018 y creado cardenal por el papa Francisco en 2019. Desde 2023 preside el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM).
Ambongo ha sido una figura clave en la Iglesia africana y en el Vaticano, donde representa una visión marcada por la defensa de la justicia social, la lucha contra la corrupción, el neocolonialismo y la explotación de los recursos naturales por parte de multinacionales extranjeras. Ha criticado y denunciado el impacto de intereses extranjeros en los conflictos armados del Congo.
Rechazo a la ideología LGTBI
Es considerado un cardenal cercano al papa Francisco, pero con matices importantes. Se ha mostrado crítico con algunas de las decisiones del pontificado, especialmente en lo referido a la "Fiducia Supplicans", la declaración del Vaticano que permite la bendición de parejas homosexuales. Ambongo encabezó la respuesta de las conferencias episcopales africanas, pidiendo una posición unificada de rechazo y recordando que en muchos países de África la homosexualidad es ilegal y socialmente rechazada.
En una entrevista de 2024, declaró que "la homosexualidad no está en conformidad con la voluntad de Dios" y criticó que se intenten bendecir realidades que, en su contexto, están prohibidas por ley. También acusó a organismos internacionales como la ONU, UNICEF y la OMS de imponer ideología LGBT en el continente africano.
En el plano litúrgico, es defensor del rito zairense, que considera un ejemplo exitoso de inculturación. Ha promovido también la formación de laicos, el protagonismo juvenil en la vida eclesial y el respeto estricto del celibato sacerdotal.
En cuanto a su perfil doctrinal, se opone a la ordenación de mujeres, a las bendiciones a parejas del mismo sexo, a hacer opcional el celibato sacerdotal y ha mostrado ambigüedad respecto a cuestiones como la misa tradicional en latín. Apoya una Iglesia sinodal, la atención al "cambio climático" y la inculturación, sin comprometer los principios fundamentales de la fe católica.
Con un perfil carismático, teológicamente firme y políticamente crítico, Fridolin Ambongo se perfila como una figura papable de peso, especialmente en un contexto post-Bergoglio en el que sectores del colegio cardenalicio podrían buscar un equilibrio entre firmeza doctrinal y sensibilidad pastoral.