
Desde el momento en el que la chimenea de la Capilla Sixtina nos ha comunicado que tenemos Papa mediante la fumata blanca y las campanas de la basílica no dejan de repicar, lo siguiente que vamos a ver es al cardenal Protodiácono anunciando que tenemos Papa y su nombre.
Y mientras esperamos ese momento, ¿qué es lo que sucede en el interior de la Capilla Sixtina hasta que aparezca el nuevo Papa en el balcón de San Pedro del Vaticano?
Nada más ser elegido, el cardenal que preside el cónclave le pregunta al elegido: "Acceptasne electionem de te canonice factam in summun pontificem?" ("¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?") Una vez recibido el consentimiento, le pregunta: "Quod nómine vis vocari?", es decir "¿Cómo quieres ser llamado?" A lo que responde "Vocabor" y pronunciará el nombre que llevará durante su Pontificado. Mientras, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Monseñor Ravelli, levanta acta de la aceptación del nuevo Pontífice y del nombre que ha tomado.

Una vez que el nuevo Papa ha aceptado la elección, se dirigirá a la sacristía de la Capilla Sixtina, más conocida como la "sala de las lágrimas", para quitarse el hábito coral de cardenal y vestir la sotana, faja y el solideo blanco, y colocarse el roquete, la muceta, la cruz pectoral y la estola.

Una vez revestido, el nuevo papa regresará a la Capilla Sixtina y se sentará en la sede que se ha colocado frente al altar. Allí, el cardenal que preside el cónclave se dirigirá al Papa con unas palabras que se encuentran en el Ordo Rituum Conclavis, que son:
"Beatísimo Padre, en esta hora solemne, en que por un arcano designio de la Providencia, has sido elegido a la Cátedra de Pedro, antes de felicitarte por tu elección y elevar unánimes nuestra plegaria a Dios, junto con la beata siempre Virgen María, Madre de Dios, y de todos los santos, conviene recordarte las palabras con las que nuestro Señor Jesucristo prometió a San Pedro y a sus sucesores el primado del ministerio apostólico y del amor."
Tras ello, el cardenal Protodiácono lee el pasaje del Evangelio en el que Jesús le da las llaves a Pedro (Mt 16, 13-19) o el pasaje en el que Jesús le pide a Pedro que apaciente a sus ovejas (Jn 21. 15-17). Acabada la oración, los cardenales, uno a uno, en el orden de precedencia, se acercan al nuevo papa y le presentan su respeto y obediencia. Cuando todos han pasado, el papa entona un Te Deum que todos cantan para dar gracias a Dios. Una vez concluya, los cardenales se dirigen a la basílica de San Pedro y se asoman por los balcones.
Después, el cardenal protidiácono Dominique Mamberti saldrá al balcón central de San Pedro y anunciará en latín: "Annuntio vobis gaudium magnum: ¡Habemus Papam!: Eminentissimun ac Reverendissimum Dominum, Dominum... Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem... Qui sibi nomem imposuit..." (Os anuncio una gran alegría. Tenemos Papa. El eminentísimo y reverendísimo señor... cardenal de la Santa Iglesia Romana, que ha tomado como nombre...)
Después, los empleados del Vaticano cuelgan un tapiz sobre el balcón central, un ceremoniero llevará la cruz procesional y se colocará a la derecha. Luego saldrá el nuevo papa al balcón, dirigirá un mensaje e impartirá la bendición Urbi et Orbi. A continuación sonará el himno del Vaticano y el himno de Italia, y el acto se dará por concluido.
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