
La elección de Robert Prevost (León XIV) como nuevo Pontífice marca un momento histórico para la Iglesia Católica: es el primer Papa nacido en Estados Unidos, con raíces hispanoamericanas y una trayectoria marcada por el diálogo entre culturas y hemisferios. Nacido en territorio estadounidense pero naturalizado peruano, León XIV representa no solo una novedad geográfica, sino también una apertura simbólica a un mundo más interconectado. Es más, el nuevo Papa ha salido vestido al balcón como marca la tradición, hablando español a diferencia de Francisco y es de madre española. "Dios los ama a todos. El mal no prevalecerá", ha dicho.
El nuevo Papa ha cultivado durante décadas una visión pastoral que combina la formación intelectual del norte con la realidad social del sur, siendo una figura destacada en la defensa de los pueblos indígenas, la lucha contra la pobreza estructural y el cuidado del medioambiente.
Además, su nacionalización peruana —ha sido misionero allí— y su labor en diócesis de América del Sur refuerzan una identidad profundamente hispanoamericana, que se manifiesta en su cercanía a los fieles, su sensibilidad social y su discurso centrado en la justicia, la dignidad humana y la reconciliación cultural.
León XIV llega al pontificado en un contexto de fuertes tensiones geopolíticas y desigualdades globales. Su figura promete una Iglesia más globalizada. Para muchos, su elección no es sólo un cambio de nacionalidad en el Vaticano, sino una apuesta por la integración y la diversidad.