La agenda marxista-estalinista que quiere implantar el líder comunista de Perú Libre, Vladimir Cerrón, no avanza al ritmo esperado. El principal escollo es el presidente que el propio Cerrón encumbró hace apenas 14 meses, Pedro Castillo. Los enfrentamientos entre ambos, cada vez más enconados, han derivado finalmente en una petición formal para que Castillo renuncie a su militancia.
En un comunicado publicado este martes por Cerrón, el mayor crítico de Castillo, se anuncia que el Consejo Ejecutivo Nacional (CEN), la bancada en el Congreso y la Comisión Política de Perú Libre extienden a Castillo "la invitación a su renuncia irrevocable". Le acusan de quebrantar "la unidad partidaria" y no cumplir con lo prometido en campaña, motivos por los cuales Castillo se enfrentará a un proceso administrativo disciplinario.
Por acuerdo unánime del Partido, Comisión Política y Bancada. pic.twitter.com/0B8nxS9XjL
— Vladimir Cerrón (@VLADIMIR_CERRON) June 29, 2022
"Las causales son de conocimiento público, como el promover el quebrantamiento de la unidad partidaria, (...) fractura de la bancada congresal, invitaciones a la disidencia en nuestra bancada y el Partido, además de promover la inscripción de dos partidos políticos paralelos dentro del seno partidario", afirma el comunicado.
"También es necesario resaltar que las políticas emprendidas por su gobierno, no guardan consecuencia con lo prometido en campaña electoral y menos con el programa e ideario del partido, implementando el programa neoliberal perdedor", concluye el comunicado.
Uno de los fracasos que Cerrón no perdona a Castillo es que el Congreso archivase el proyecto para convocar una asamblea constituyente para redactar una nueva constitución y desmantelar las instituciones democráticas al más puro estilo Nicolás Maduro. El plan era tan importante que incluso el líder de Perú Libre ya amenazó en un acto de partido que cambiará la Constitución del país ya sea "por vía pacífica o no pacífica".
Como sucede en los partidos de corte comunista, no hay lugar para los disidentes. Lo sabe bien la vicepresidenta del país, Dina Boluarte, que fue expulsada del Perú Libre a principios de este año por desmarcarse del ideario del partido. Poco después, Cerrón presentó una reforma constitucional para adelantar las elecciones presidenciales a finales de marzo de 2023, una iniciativa que ha causó diferencias entre sus distintos miembros.
Castillo, con el agua al cuello
La situación de Pedro Castillo empieza a ser tan insostenible que el propio presidente tuvo que pedir tregua en la sesión parlamentaria de este martes. En apenas un año en el cargo, Castillo ha hecho gala de una gestión nefasta, se encuentra investigado por corrupción en el caso que pretende destapar la "organización criminal" mafiosa de su gabinete, que por cierto, ostenta el récord en dimisiones, con 50 ministros cesados solo en cuatro gabinetes.
Por si fuera poco, Castillo también está lidiando con una huelga indefinida de transportistas que amenaza con dejar el país desabastecido. Ante este panorama, el Gobierno declaró el lunes el "estado de emergencia" en la Red Vial Nacional durante 30 días y restringió derechos constitucionales como el libre tránsito por las carreteras para evitar desórdenes públicos.
Sumido el colapso y en medio de las investigaciones que le siguen por presuntamente encabezar una organización corrupta enquistada en el Ejecutivo, el presidente peruano pidió una tregua este martes al Congreso: "Exhorto desde acá (...) al Congreso de la República, basta de fricciones, basta de confrontaciones", declaró el mandatario desde el departamento andino de Huancavelica.
Un día antes, Castillo dio portazo a la comisión que le investiga y decidió casi en el último minuto, no recibir a los miembros de la Comisión de Fiscalización del Parlamento. Según Castillo, pretendía ser "totalmente respetuoso de los poderes del Estado" e insistió en la falta de pruebas inculpatorias en su contra.